El mundo en el que nos vamos tejiendo y destejiendo se nos antoja una construcción, frágil gracias a Dios, que insurge a partir de la vergüenza y la repugnancia
Todos los seres, cada uno de ellos, cada uno de nosotros, tenemos belleza, porque la belleza es un trascendental: donde hay ser, hay belleza. Somos imagen y semejanza de Dios
El corazón es el centro. La vinculación del centro con el corazón abre un importante abanico de matices y contenidos que, en el ámbito humano, se relacionan con su naturaleza esencial
En la bula de convocación al jubileo del 2025, el Papa Francisco nos ha recordado que bajo el signo de la esperanza, el apóstol Pablo infundía aliento a la comunidad cristiana de Roma.
Vivimos un tiempo líquido, como señaló Zygmunt Bauman, un momento de la historia en el que las realidades sólidas de nuestros ancestros, como el trabajo y el matrimonio para toda la vida, se han desvanecido