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Valmore Muñoz Arteaga

Valmore Muñoz Arteaga

Virgen María, si tú no me miras

María representa el anhelo de todo lo más grande que tiene nuestra alma. El amor como anhelo de Dios, como decía San Agustín, anhelo que es amor y como amor es movimiento, movimiento que conduce al mismo Dios.
San José

San José: en el umbral del misterio

Dios confiará en San José una misión sublime: ser el padre legal del Niño que nacerá y acompañar y cuidar a María. Acepta el reto de caminar en la oscura claridad de la fe.

¿Qué esperamos en adviento?

Nuestro corazón y nuestra conciencia deben estar atentos, despiertos, en actitud de apertura total y absoluta, así como lo estuvo María.

Una voz grita en el desierto

El bautista nos invita a la conversión, una palabra que encierra un mundo de novedad, y que hemos adulterado y falseado a fuerza de usarla sin compromiso.

Desciudadanización de la Ciudadanía

Cuando reflexiono sobre la idea de Estado se me hace imposible no llevar esas reflexiones al país donde me ha tocado (des)vivir.

La sinodalidad es diálogo y relación

El Papa Francisco ha manifestado que no se puede caminar juntos si hay insonoridad en el corazón, es decir, si nos encerramos blindados en nuestras certezas.

El maestro de Emaús

Los maestros son los escultores, los artistas, los arquitectos de los hombres y mujeres que llevarán luz al futuro hoy incierto. El maestro es aquel que debe buscar el camino para hacer arder el corazón, despertar y poner en camino al joven de hoy.

Una nota sobre la interioridad

La interioridad solo es tal si se abre a la reflexión, al discernimiento, al amor y a la libertad para darle solidez al compromiso con el otro, con el mundo al cual pertenecemos.

Recuperar el universo simbólico

El hombre es un ser simbólico. Cuando somos testigos de vidas que se consideran vacías y sin finalidad alguna, podemos estar presenciando a un ser humano extraviado de su universo simbólico.

Pero ¿qué es el Hombre?

El ser humano, hombre y mujer, es dignidad, una que ha sido tejida directamente por un designio del amor de Dios, puesto que, por haber sido hecho a imagen de Dios