Escribir sobre el silencio es tan fácil como difícil. En torno a la palabra silencio todo cabe, pues en torno a ella se ha hecho poco silencio. Ya resulta una especie de contrasentido hablar sobre el silencio.
El 16 de mayo de 2004 se produjo la canonización de san José Manyanet y Vives por el papa san Juan Pablo II, a quien señaló como “verdadero apóstol de la familia”. San José Manyanet y Vives (1833–1901) fue un sacerdote católico español fundador de la orden religiosa Hijos de la Sagrada Familia, dedicada a la formación cristiana de las familias principalmente por medio de la educación católica de la juventud, según el modelo de la Sagrada Familia de Nazaret
El 25 de enero de 1959, San Juan XXIII anuncia la convocatoria al Concilio Vaticano II, siendo este uno de los momentos más importantes del siglo XX, no sólo para la Iglesia, sino para el mundo contemporáneo.
La Iglesia católica ha sido señalada de perseguir hasta la aniquilación al deseo amoroso como si fuera un enemigo de la felicidad humana. Nos recordaba el papa Francisco en su exhortación ‘Amoris laetitia’ que Dios ama el gozo de sus hijos. Anteriormente, Benedicto XVI, en ‘Deus caritas est’ cuando afirma que la Iglesia, fiel a las Escrituras, no rechaza al ‘eros’ como tal, “sino que declaró la guerra a su desviación destructora, puesto que la falsa divinización del eros […] lo priva de su dignidad divina y los deshumaniza”.
En Job entramos en contacto con la idea de un Dios rico en misericordia, es decir, ese gesto notablemente amoroso que nos impulsa hacia el que sufre, de allí que Dios es amor. En el Salmo 136 se nos dice reiteradamente que demos gracias al Señor, porque Él es bueno, porque su amor perdura para siempre.
Firmado en Roma el pasado 16 de abril de 2017 por el Cardenal Giuseppe Versaldi, apareció el documento de la Congregación para la Educación Católica llamado Educar al Humanismo Solidario.
En su visión del hombre a la luz de la Palabra divina, Juan Pablo II, abordó temas de importancia suprema para la vida humana, entre ellos, la sexualidad
San Mateo narra que un doctor de la ley, mandado por los fariseos para tentar a Jesús, le preguntó: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el gran mandamiento, el primero
“Jesús regresó en una barca a la otra orilla, narra San Marcos, y como una gran multitud se reunió alrededor de él, decidió quedarse en la orilla del lago” (5, 21). Anteriormente escribe el mismo Marcos: “Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: Crucemos a la otra orilla” (4, 35).
El Evangelio nos recuerda constantemente la necesidad de amar al prójimo y por medio de ese amor buscar los caminos más transparentes para alcanzar la perfección del Padre. Si esto no fuera posible no nos …