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Valmore Muñoz Arteaga

Valmore Muñoz Arteaga

Amoris laetitia

En la exhortación apostólica 'Amoris laetitia', el papa Francisco, intenta penetrar en el complejo universo del amor.

Sobre la amistad

San Ambrosio, maestro de san Agustín, obispo de Milán y doctor de la Iglesia, conmovido por lo que sobre la amistad recoge el Eclesiástico, nos invita a abrir el corazón al amigo para que sea fiel y nos comunique la alegría de la vida

‘Deus Caritas est’ o el amor como anhelo

En las páginas de la encíclica de Benedicto XVI podemos pasear sin dificultad alguna por la caridad cristiana desde dentro, desde su interioridad.

Pensar la belleza

Teophile Gautier fue un artista francés de siglo XIX. Artista de los colores y de las palabras que lo condujeron a ser comparado con un acróbata por las proezas de su poética interior.

La verdad de Cristo no puede ser desterrada

En la homilía del 29 de mayo de 1977, san Oscar Romero dijo que la persecución es algo necesario en la Iglesia. “¿Saben por qué? Porque la verdad siempre es perseguida. Jesucristo lo dijo: 'Si a mí me persiguieron, también os perseguirán a vosotros'”.

Ravel

Un hombre escuchaba la radio un día cualquiera de 1928. De pronto, comenzó a escuchar una composición que lo sedujo, que lo atrapó tan íntimamente que se sintió poseído por cada nota que se dibujaba desde el artefacto eléctrico.

Unas páginas de Hermann Hesse

Hay un escritor que me acompaña desde que me inicié en la lectura. Ese escritor es Hermann Hesse.

Fortaleza

Ha llegado la Navidad. Una nueva Navidad para mi país, Venezuela. Todo parece apuntar a que sobre nuestro país vendrán tiempos interesantes, esto, por supuesto, alarmará un poco a quienes conocen sobre la maldición china.

El Evangelio de la Creación

La errada concepción científica y tecnológica impuesta por la racionalidad moderna alejó al hombre del resplandor de la trascendencia y de la aceptación de la realeza omnipotente de Dios revelado en el corazón de la creación

Alzad vuestras cabezas

Alcemos nuestras cabezas, ya que, “si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha” (Sal. 34,7). Afligido como el paralítico del Evangelio que, al ser contemplado por el Señor, sus pecados le fueron perdonados.