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Valmore Muñoz Arteaga

Valmore Muñoz Arteaga

Alegraos y regocijaos

El papa Francisco nos entregó hace algunos años atrás un documento desde el corazón de su ministerio que quiero rescatar. Un documento que se nos desnuda a partir de uno de los momentos más sublimes en la vida de Cristo y de los cristianos: el Sermón de la Montaña.
¡María de nuestra Liberación!

¡María de nuestra Liberación!

La presencia y acompañamiento de la Virgen María al pueblo latinoamericano se ha sentido siempre de manera muy, muy cercana, casi que podríamos decir que somos un pueblo esencialmente mariano.

Mirando desde la oscuridad al pobre de Asís

El recuerdo y testimonio de San Francisco se transforma en tiempos como los que vivimos en un camino hacia el recuentro con lo que verdaderamente es el hombre.

Beatriz de los siete amores

El amor es la altísima palabra que revela la naturaleza de Dios. Dios es Amor nos dice San Juan en sus cartas, pero también nos lo afirma el pensamiento espiritual de todos los tiempos.

Palabras sobre el martirio

Escribió San Cipriano que si pensamos en juzgar y reinar con Cristo Jesús, necesariamente debemos regocijarnos y superar las pruebas de la hora presente en vista del gozo de los bienes futuros.

Panikkar, la paz y el amor

Raimon Panikkar es, junto a Ramón Llul, el pensador catalán más universal. Su obra, traducida a varios idiomas, ha sido objeto de múltiples investigaciones y tesis doctorales a nivel mundial.

Amor y responsabilidad

Se trata de la primera obra de Karol Wojtyla caracterizada por ser un tratado de ética sexual cuyo norte no era ser, como pueden muchos suponer, un texto de la Iglesia en términos de lo que se permite y lo que no se permite, sino más bien una reflexión sobre la persona.

En tu jardín

San Juan Pablo II señala que en El Cantar de los Cantares podemos hallar, entre la belleza que allí se desborda, la profunda riqueza del lenguaje del cuerpo de los esposos amantes.

¿Derrumbe del humanismo?

El bien y el mal conceptualizan las acciones que el hombre mismo ha realizado y que no podrán venir tiempos donde el bien prevalezca si no prevalece antes en la mente, el corazón y el alma del propio hombre.

Una oración de mi infancia

Todas las noches, antes de dormir, mi madre se acercaba a la cama y nos acompañaba a rezar. Todas las noches comenzaba con el Padrenuestro, el Ave María, el Ángel de la Guarda y el Gloria.