El acompañamiento financiero personalizado va más allá de unas simples recomendaciones de inversión en un momento dado, así como de un posible estudio sobre la viabilidad de proyectos, inversiones… Se trata de una relación humana al fin y al cabo, basada en la transparencia, interlocución y objetividad. En definitiva, en la confianza mutua.
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Y, ¿cómo alcanzar esta situación ideal?
Todo ha de comenzar con escuchar, entender y atender, pero sin olvidar acompañar y enseñar en el camino.
Escuchar
En Alveus hemos querido seguir el ejemplo de María en el pasaje de “Jesús en la casa de María y Marta”, donde María elige sentarse a los pies de Jesús y escuchar, en vez de seguir con las tareas domésticas, tal y como hace Marta. (…) “Marta, estás preocupada y molesta por muchas cosas, pero solo una cosa es necesaria. María ha escogido lo que es mejor, y no le será quitada”. Escuchar es esencial para hacer una gestión para cada misión.
Entender
Su misión, su historia, sus personas y sus proyectos. Incluyendo especialmente los requerimientos financieros actuales y futuros de dichos proyectos. Se trata de empatizar con la misión y las personas de la institución. Humanizar la relación y sentir sus responsabilidades para con la misión como nuestras. Nada tiene que ver con un valorar un perfil de riesgo de la institución, sino con comprender los objetivos de carácter personal, familiar y corporativo de cada cliente.
Atender
Es actuar para satisfacer las necesidades de la misión concreta. Una vez se han analizado los estados financieros, la cuenta de resultados, y el patrimonio en general, se seleccionan los activos que respeten los criterios éticos de la institución y, por supuesto, se busca maximizar las posibilidades que ayuden a alcanzar los objetivos derivados de la misión.
Acompañar
En cada uno de los puntos anteriores, la confianza cobra un papel fundamental. No obstante, no vale una confianza ciega, sino la basada en la transparencia de información bidireccional. Sin ser objetivos y transparentes, no es posible llegar a la mejor versión de gestión personalizada. Tan importante es conocer las prioridades o inquietudes respecto de la misión para Alveus, como saber qué inversiones o movimientos de cartera se hacen a tiempo real para la institución. En este sentido, el contacto mutuo y constante es imprescindible.
Enseñar
El asesor debe velar porque los interlocutores de la institución adquieran progresivamente la formación financiera que les permita valorar resultados y ser críticos. Además, la formación y actitud didáctica forma parte de la esencia de Alveus. El método Alveus es un proceso educativo, no solo por la formación constante como profesionales, sino por la iniciativa sincera de incorporar la formación financiera en la gestión a una institución.
Desde la realidad
Y, ¿cómo fortalecer y asentar los conocimientos financieros en las instituciones?
Llevado a la práctica es, entre otras actividades, organizar seminarios financieros para las instituciones que se centran en sesiones generales de divulgación para asentar una base en finanzas, atendiendo a temas como: los riesgos financieros, los principales activos, diversificación, liquidez, evaluación y aprendizaje de lectura de resultados de la cartera… No obstante, las sesiones formativas también son personalizadas, profundizando en los conceptos y conocimientos que más se adaptan al momento de la gestión con la institución.
Ser didáctico en esencia también significa tratar de ser transparentes y explicativos en cada paso dado en la gestión. En el camino para lograrlo, ponemos mucho énfasis en ser claros y ágiles con el reporting de las decisiones tomadas en la cartera de un cliente. Por esto contamos con apoyo tecnológico a través de una plataforma que permite al cliente monitorizar la actividad de su cartera en tiempo real.
Como en la parábola del sembrador (Marco 4: 3-9, 13-20), queremos que las semillas lleguen a buena tierra: “Los que reciben la siembra en tierra buena son los que oyen la palabra, la reciben y dan fruto, quién treinta, quién sesenta, quién ciento”. Perseguimos la voluntad de ayudar a entender, pues de esta forma se producen frutos también.
Dicha interlocución, en aras de generar confianza, es lo que permitirá un desarrollo pleno del asesoramiento, por medio de la colaboración desde el conocimiento y la alineación, y no desde la imposición y el desentendimiento.
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