Charles Mackesy nació en la ciudad inglesa de Northumberland en 1962. No siguió estudios formales de arte, sino que es autodidacta. Trabajó como ilustrador para la revista semanal ‘The Spectator’ y después pudo dedicarse plenamente a la pintura, escultura e ilustración. Reside en Londres, aunque ha realizado extensas estancias en Sudáfrica. Ama el gospel, el jazz y Nueva Orleans.
Sus obras se encuentran en numerosas colecciones y algunos templos como la capilla de la Prisión de Ashfield o la iglesia anglicana de St. Paul’s, en el distrito londinense de Hammersmith. Sus pinturas se hicieron célebres al verse en la película ‘Love Actually’ (dirigida por Richard Curtis en 2003).
La historia del Hijo Pródigo es central en Mackesy, y donde la expresó con mayor fuerza es en una escultura en bronce localizada en la iglesia anglicana de la Holy Trinity en Brompton, una iglesia muy creativa y comprometida en el corazón de Londres –famosa por los Cursos Alpha que organiza–.
Un viaje espiritual al cristianismo
La música dinamiza el arte visual de Mackesy, pero sobre todo su historia es la de un viaje espiritual al cristianismo, en el curso del cual descubrió la belleza de Jesús. “Somos amados no por lo que hacemos, sino porque existimos. No puede ser ganado; es un regalo. Esta es la verdad más liberadora en nuestra existencia, que somos amados, conocidos, perdonados y liberados”, afirma el artista en su página web.
Buena parte de la obra de Mackesy tiene, en sus propias palabras, “algo de ángel o espiritual. No estoy seguro de cómo ha sucedido realmente, cómo comenzó todo, pero no proviene de un amor por la religión. En gran parte, encuentro la religión bastante tóxica y perturbadora. Es una moral altiva, una convocatoria tribal contra el mundo”. Desde joven, Mackesy se había comenzado a definir como una persona no creyente.
Sin embargo, en su pintura aparecía ese algo espiritual que no sabía explicarse, y eso generó un proceso de descubrimiento asombroso. “Tengo para mí que todo comenzó cuando estaba en un parque de Londres con un sentimiento de calma y sentí que de alguna manera me faltaba algo. O, como dijo Eugene Ionesco, ‘la comedia humana no me atrae lo suficiente. No soy enteramente de este mundo. Soy de otro lugar y vale la pena encontrarlo yendo más allá de los muros… ¿pero dónde está?’. Mucha gente se va entonces a una iglesia, a la India o algo así. Pero extrañamente mi respuesta fue comenzar a dibujar. Comencé y no he parado desde entonces. Era una buena manera de pensar, de resolver las cosas. Eso fue hace veinticinco años…”.
Y sigue diciendo: “El proceso de hacer arte puede ser en cierto modo un viaje de autodescubrimiento, un viaje espiritual. G.K. Chesterton escribió que en la parte de atrás de nuestros cerebros, por así decirlo, había un esplendor olvidado, un estallido de asombro en nuestra existencia. El objeto de la vida artística y espiritual es cavar para hallar este amanecer latente de maravilla”.
Mackesy reflexiona sobre estas palabras de Chesterton: “Supongo que cuando cavas, generalmente hallas algo y aunque pueda sonar raro –con toda la dificultad subcultural y religiosa que traen esas cosas– yo descubrí que para mí la puerta de ese surgimiento de asombro era Cristo” (Mackesy, 2017).
“Calmadamente, Jesús me fue llevando a un viaje en que descubrir a gente realmente hermosa, que es como realmente comenzó mi arte”. Mackesy descubrió una belleza “de la que nunca antes había sabido” (Dawn Goeb, 2016).
‘Oh Happy Day’: el ateo que no paraba de llorar
Nicky Gumbel, el vicario anglicano de la Holy Trinity Brompton Church y fundador de los Cursos Alpha, cuenta frecuentemente con Mackesy para hablar a la gente, especialmente cuando hay personas no creyentes. Lo presenta como una persona humilde que se ríe de sí mismo.
Por ejemplo, cuenta que la primera vez que escuchó una canción de gospel fue en un concierto en el que agobiado po el gentío, se había resguardado en un toilet portable. Estaba sentado allí cuando escuchó los primeros compases de ‘Oh Happy Day’. La canción traspasó a través de su ateísmo, conmoviéndolo hasta las lágrimas. Se encontró gritándose a sí mismo: “¡Eres ateo, ateo, pero no puedes parar de llorar!”.
“No sabía realmente lo que me había pasado, me levanté en aquel toilet del concierto, de repente resbalé y entonces…” (Dawn Goeb, 2016). En ese momento Mackesy comprendió bien cuál había sido la experiencia del Hijo Pródigo al caer entre los cerdos.
Después de esa bizarra experiencia con el gospel, decidió seguir la pista y se fue a vivir a Nueva Orleans para sumergirse en la música afroamericana. “Bajo esa música había un espíritu increíble, estaba llena de vida”, le quería decir a sus amigos. “Mirad cómo creen, mirad lo que hace en ellos”.
De regreso a Londres, participó en los Cursos Alpha que el pastor Gumbel organizaba en su iglesia de la Holy Trinity de Brompton. Sentía resistencias a creer y muchas cosas que escuchaba –como lo relativo a la Trinidad– le parecían locuras. Cada cinco minutos salía del curso a fumar. El único momento del curso en que se encontró verdaderamente a gusto fue en la oración, donde sintió una profunda paz.
Cristianismo no es meritocracia, es amor
“Pensaba que el cristianismo era simplemente estar limpio, ir a la iglesia, ser agradable, no decir ‘Joder’, y entonces gustabas y eras aceptado; pura meritocracia. Si quieres pertenecer, tienes que ser de tal manera. Pero no. Tú eres amado. Eres amado tal como eres, recubierto de lo que sea, por dentro o por fuera” (Dawn Goeb, 2016).
Mackesy descubrió qué era aquel ángel que pintaba. “Para mí, el ángel representa la voz de Dios diciendo ‘Estoy contigo, te amo, seguiremos juntos, te ayudaré, no estás solo”.
Una vez iba atravesando un puente de Londres en bici cuando sintió estas palabras en su interior: ‘Te conozco, eres amado, eso es, Dios existe y Él te ama, te conoce, te conoce totalmente, totalmente…’. Mackesy experimentó una intensa unidad con Dios.
“Quería explicárselo a la gente, pero si le dices ‘Dios te ama’ o ‘Eres amado’, realmente no le encuentran sentido alguno. Y pensé tratar de expresarlo a través del arte y poder decir, ‘Así es a lo que Dios se parece’”.
Charles Mackesy participa con frecuencia en los encuentros Alpha de la Holy Trinity Brompton Church y ha ilustrado los libros del movimiento. En este enlace se le puede ver en diversos vídeos.
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Referencias:
- Web oficial de Charles Mackesy
- Goeb, Dawn (2016), Former Atheist Artist Becomes Unlikely Evangelist. CBN News, 27 de Diciembre de 2016.
- Walker, Vicky (2015) Charlie Mackesy. Premier Christian Radio, 14 de Diciembre de 2015.
- Gumbel, Nicky & Mackesy, Charlie (2010) Questions of Life: Alpha Course. Londres: Alpha International.