Se le esperaba en Brasil de nuevo. No solo para conmemorar los 300 años del hallazgo de la imagen de Aparecida, sino porque en unas semanas se cumple una década de aquella Conferencia del CELAM en la que aquel arzobispo porteño, responsable de redactar el documento final, dejaba boquiabiertos a unos y a otros. Por su capacidad de trabajo: nadie consiguió despertarse antes que él, en todos los sentidos. Por el aire fresco de sus propuestas: convertir a la Iglesia latinoamericana en una comunidad discípula misionera.
No festejará allí ninguno de los dos aniversarios, pero son muchos los que hoy pueden celebrar que aquellas intuiciones nacidas en el Sur son las que marcan en ritmo ahora del Norte eclesial. Porque Aparecida es ‘Evangelii gaudium’. Es ‘Laudato si’’. Es ‘Amoris laetitia’.
La corrupción no cesa. La acción de los tribunales, tampoco
No hay semana sin un capítulo nuevo. Por fascículos. Ahora, detenido el ex presidente de la Comunidad de Madrid. ¿La sensación que deja? Que el poder corrompe. Y mucho. Con la tentación de hacer extensible este runrún a toda la clase política. Un sistema podrido. El salto es tan peligroso como nocivo. No olvidemos la contraparte. Detenciones, juicios y condenas, si se da el caso. La Justicia actúa. Lenta. Con algún traspiés. Pero ahí está. Lema pontifical: “Pecadores sí, corruptos no”.
Si Theresa May escuchara al cardenal Nichols…
Ha dejado atónitos a unos y otros. Imagino que incluso a Isabel II, aunque fuera de las primeras en enterarse. La decisión de Theresa May de adelantar las elecciones en Reino Unido busca ganarle terreno a los laboristas y los nacionalistas escoceses para reforzar aún más el divorcio con la Unión Europea. Desde hoy cuenta con el respaldo del Parlamento. May no es Tatcher y no sé si lo pretende. Al menos, no le vendría mal escuchar al cardenal Nichols, el arzobispo de Westminster: “El Brexit nos deja más débiles como nación”. Y como Europa.
