Qué importante es caminar juntos, mirarnos a los ojos, reconocernos en las personas que tenemos al lado, respetando su proceso, escuchando y calzando sus zapatos; haciendo protagonistas y empoderando a las personas con las que hacemos camino.
¡Cuenten con nosotros! Somos jóvenes que queremos formar parte de la construcción de un mundo nuevo, donde cada persona tenga oportunidad de desarrollarse y vivir con la dignidad que Dios “Madre-Padre” tiene soñada para cada uno de nosotros/as.
Estos últimos días, hemos estado rememorando los cinco años del pontificado del papa Francisco que es un referente moral a nivel mundial. Cinco años han sido suficientes para que el Papa haya puesto en marcha un nuevo paradigma eclesial y haya inaugurado un estilo nuevo, “creativo” y “sugerente” de presencia evangelizadora en el mundo. Una muestra del cambio al que nos invita es su receptividad y proximidad al mundo de los excluidos y descartados y el reconocimiento y valoración que hace de la teología de la liberación.
Evangelizadores activos
Durante estos días también se está celebrando en Roma el encuentro pre-sinodal en el que durante una semana más de 300 jóvenes de todo el mundo dialogarán, debatirán, compartirán opiniones, necesidades e inquietudes. Un espacio pensado para que los jóvenes expresemos lo que pensamos y los sueños que tenemos con respecto al mundo, a la sociedad en la que vivimos y, cómo no, nuestra experiencia de Dios y nuestra manera de entender y concebir la Iglesia. Los jóvenes no queremos ser meros destinatarios, somos evangelizadores activos en la realidad que vivimos, somos transmisores de la Buena Noticia.
Además de abordar otras cuestiones tales como, el estilo y la forma de hacerse presente entre los jóvenes alejados o al margen de la fe o qué características debería tener una Iglesia que quiera ser joven, testimonial, samaritana, misionera y creíble para las generaciones más jóvenes.
No cabe duda que, con Francisco se ha pasado del silenciamiento a la escucha, del aislamiento a la visibilidad y de la condena al reconocimiento. Reconocimiento y puesta en valor del papel protagonista que tenemos en la Iglesia por ejemplo los laicos y especialmente los jóvenes y la llamada que nos hace a que en nuestros ambientes seamos agentes de transformación real y transversal. Su actitud y estar cercano y sensible a la realidad, ha acercado el mensaje del Evangelio a tantas personas (creyentes y no creyentes) a la vez que hacer sensible a la Iglesia a las realidades que sufre el mundo.
Los jóvenes nos sentimos Iglesia
“Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional” será el tema de la XV Asamblea general del Sínodo de los Obispos que se celebrará, tal y como ha anunciado el Vaticano, en el mes de octubre de 2018. Momento culmen después de un trabajo previo donde los jóvenes nos hemos sentido escuchados y hemos podido presentar nuestro sentir y nuestras propuestas.
El objetivo del sínodo es escuchar y acoger a los jóvenes en su crecimiento personal y acompañarlos hacia la madurez de manera que, a través de un proceso de discernimiento comunitario, puedan descubrir su proyecto de vida (su vocación) y participar activamente en la edificación de la Iglesia y de la sociedad.
Todos los jóvenes que hemos participado en este proceso, que “hemos caminado juntos” (eso es lo que significa la palabra “sínodo”) nos hemos visto enriquecidos y alentados por una experiencia eclesial y evangélica que nos estimula a salir a dar testimonio de lo que “hemos visto, oído y experimentado del Señor” y tenemos la esperanza de que todo este trabajo dará frutos en abundancia.
Nos sentimos Iglesia y queremos construir Iglesia que sea señal de vida y esperanza del Padre-Madre Dios para el mundo, especialmente para los jóvenes que son el presente y el futuro de la Iglesia y de la sociedad.