Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

Campus con ciencia y conciencia


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Las acampadas estudiantiles en los campus universitarios se han extendido a ambos lados del Atlántico. Es una movilización mundial que no se veía desde hace décadas y que coincide con una época en que las universidades están gravemente comercializadas y dominadas desde el poder. La ciencia y la universidad están sufriendo uno de los sometimientos de su libertad de creación y enseñanza más peligrosos de toda la historia contemporánea.



Las movilizaciones universitarias solidarias con el genocidio que se está cometiendo en los territorios palestinos son una sorpresa y una señal de esperanza para todos los que creían que los jóvenes habían sido adormecidos con tanta superficialidad y powerpoint. Aunque ciertos medios presentan solamente algunos enfrentamientos con la policía que fuerza su desalojo, en realidad, la movilización es mucho más amplia y profunda.

Es una dinámica en la que decenas de miles de estudiantes y muchos profesores organizan no solamente acampadas de protesta, sino conferencias, mesas redondas, encuentros con intelectuales, periodistas y víctimas, reflexiones en grupos, vigilias de oración, celebraciones artísticas, incluso se han celebrado respetuosa y pluralmente en esos campus el Shabat, la eucaristía y los rezos del islam.

Contra un genocidio planificado

Los capellanes de las principales universidades estadounidenses están valorando muy positivamente todo el fenómeno. Valoran muy positivamente la diversidad e interconfesionalidad, la integración de reflexión, acción y oración, el sacrificio de los jóvenes y sus capacidades de autogestión para movilizarse.

Valoran el sumo respeto y cuidado con que se están esforzando para respetar e integrar el judaísmo y el islam, al pueblo israelí y al pueblo palestino. Es una protesta contra un genocidio planificado y ejecutado ante una opinión mundial paralizada, pero, sobre todo, es un movimiento de paz, reconciliación y diversidad en armonía. Para prepararnos para la paz, es necesario liberar a las universidades y comprometerlas. Así comienza siempre.

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