El entorno generado durante la crisis sanitaria sin precedentes provocada por el COVID-19 nos obliga a hacer cambios en nuestra forma de comunicarnos no solo a nivel interno, sino a nivel externo.
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El escenario en el que nos encontramos ahora no es el mismo que hace unos meses. Los agentes partícipes de la comunicación han sufrido cambios en su forma de escucha y en su forma de observación y entendimiento de los mensajes de su entorno, y ello ha provocado una transformación lógica de la percepción.
Cualquiera que sea nuestra actividad, debemos enfocarnos más que nunca en transmitir confianza y en responder a las inquietudes que puedan generarse en las familias, residentes, pacientes, clientes o usuarios de nuestras actividades. Para ello, necesitamos revisar nuestro actual plan de comunicación y añadir aspectos que hoy cobran más importancia que antes para asegurar su eficacia.
La transparencia tiene que ver, fundamentalmente, con el respeto hacia nosotros mismos como entidad y con la claridad con la que debemos responder a nuestro entorno. La comunicación en nuestras actividades requiere, más que nunca, de esta transparencia, ya que saber transmitir con total nitidez aumentará nuestra credibilidad y fomentará la confianza de quienes nos escuchan.
Como titulares de actividades, y desde las propias Instituciones, debemos transmitir rigor y control a nivel legal y normativo. Ello requiere que los equipos directivos y de gestión de cada actividad conozcan el marco legal, normativas y medidas impuestas por las administraciones públicas a nivel de prevención y actuación hacia la normalidad.
Buscando la normalidad
Estas medidas, adaptadas a la realidad de cada actividad, deben ser transmitidas a la comunidad educativa (en el caso de los centros educativos), a las familias, residentes o usuarios en cada caso. Nuestro compromiso en comunicación debe ser el de generar seguridad y, para ello, se hace imprescindible ofrecer información veraz y transparente sobre nuestra gestión de la crisis y las medidas que tomamos.
Los canales de comunicación en nuestras actividades deben trabajar en fomentar una comunicación cercana y empática, que debe combinarse con el uso de herramientas tecnológicas que nos ayudarán a difundir nuestros mensajes de forma no presencial (redes sociales, web, portal de comunicaciones…). Dicha información debe estar actualizada y modulada a tiempo real, pese a que nos encontremos con momentos inciertos. Esto requiere de tiempo y de personal que esté comprometido con esta labor de forma proactiva y responsable.
El rigor en la comunicación en este momento debe ser protagonista de nuestras acciones y dejar de ser un escaparate secundario de lo que hacemos y somos. La comunicación combatirá, junto a nuestras acciones, la incertidumbre y el miedo, y nos permitirá transmitir la normalidad y solvencia de nuestra actividad para así poder llegar a una verdadera normalidad.
La cifra
55% es el aumento en el uso de las redes sociales que se ha producido en España durante la pandemia del coronavirus.
Puede enviar sus preguntas a: asesorlegal@vidanueva.es