Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

Complot para invadir un pueblo no contactado


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El gobierno Bolsonaro ha conspirado para que las industrias y los fundamentalistas cristianos invadan el territorio de otro pueblo recién descubierto en el Amazonas.



Los pueblos no contactados son uno de los fenómenos más inquietantes. Parece imposible que ya comenzado el siglo XXI, tras tanta hiperactividad globalizadora, todavía existan pueblos que no han tenido ningún contacto con el resto de la humanidad. Lo que han atisbado de nuestra civilización les ha convencido para intentar por todos los medios seguir aislados.  

Desconectados

No solamente hay pueblos no contactados en Sudamérica, sino también el sur de Asia (Indonesia y las islas Andamán en la India) y Papúa Nueva Guinea. Su vulnerabilidad es extrema y sus territorios son ecosistemas extraordinarios codiciados por la máquina industrial maderera.

Algunos de estos pueblos son restos de otras etnias que fueron masacradas durante la globalización colonial y hace siglos que se retiraron al interior de las selvas para protegerse. Otros han decidido no entrar en relación y permanecer ocultos ante la gran destrucción forestal que va aniquilando su hábitat. Todos parecen tener conocimiento del mundo externo, pero han decidido defenderse evitando el contacto. No es solamente que no haya habido noticia de que existen otros humanos, sino que parecen tener un juicio bastante formado que les ha hecho decidir desconectarse y defender su mundo amenazado. Han visto destruirse a suficientes etnias a su alrededor. 

Aislados o diezmados

La experiencia les da la razón. Los pueblos no contactados que recientemente han sido forzados a relacionarse han sufrido la expropiación de sus tierras, esclavizaciones modernas y prostitución, migraciones obligadas, epidemias letales, el alcoholismo, violaciones, evangelización forzada, se les ha quitado la custodia de sus hijos y la degradación de su cultura hasta la alienación (el 80% de los nahuas de Perú resultaron envenenados, según cuenta Survival, 2016). Incluso ha habido envenenamientos colectivos con mercurio en fecha tan reciente como 2016. La ONG Survival ha documentado estas catástrofes durante las últimas décadas y varias instituciones de protección indígena han impulsado en 2021 una campaña cuyo lema resume bien el dilema: Aislados o diezmados (Valente, 2021; COIAB y OPI, 2021).

La Fundación Nacional del Indio (Funai) tiene a su cargo en Brasil la protección de estos pueblos y sus territorios, pero el gobierno de Bolsonaro no ha hecho sino debilitar la institución (COIAB, 2022). Survival informó a comienzos de 2022 de un complot nacional para irrumpir en un nuevo pueblo no contactado del que se han tenido indicios (Survival, 2022).

Dos principales fuerzas amenazan a estos pueblos: la destrucción maderera de sus tierras y el fundamentalismo evangelista. Solamente la acción institucional de la Fundai –organismo público– y las organizaciones de la sociedad civil separan a estos pueblos de la destrucción de sus pueblos. Es muy criticado que Bolsonaro haya designado al frente de la Fundai a un miembro de la principal agencia pentecostalista que ansía la evangelización de estos pueblos contra su voluntad, la Misión Nuevas Tribus del Brasil (MNTB). Esta agencia se propone expresamente “impactar y alcanzar pueblos aún no alcanzados con el Evangelio de Cristo” y contabiliza dichos pueblos en 164 (MNTB, 2022). Con expediciones pertinaces introducen misioneros a los que la propia justicia brasileña ha prohibido el acceso a dichos territorios (Leitão, 2020).

Complot contra un nuevo pueblo aislado 

Equipos sobre el terreno de profesionales de la Funai están continuamente protegiendo el territorio. Se está atento a indicios de la existencia de nuevos pueblos aislados para, preventivamente, ampliar las zonas de protección. En el verano de 2021 encontraron pruebas de un pueblo no contactado, presente en el territorio Ituna Itatá –Olor a Fuego–, en el estado de Pará, que fue desgraciadamente donde mayor destrucción forestal se registró durante los últimos años. Encontraron vestigios de un lugar de acampada, una olla y restos de comida como un caparazón de tortuga.  

Comunicado el hallazgo a la autoridad superior del Funai, tal información se ocultó a los entidades, institutos y observatorios de la sociedad civil consagrados a la defensa de dichos pueblos. Se transmitió, en cambio, al senador bolsonarista Zequinha Marinho que encabeza una campaña para la evangelización y explotación minera, maderera y agroganadera de se territorio Olor a Fuego. El senador Marinho pertenece a la denominación cristiana Asamblea de Dios y consta una moción parlamentaria firmada por él para industrializar el territorio. Dicho senador mantiene, según las agencias defensoras indígenas, fuertes vínculos con las compañías interesadas en la extracción masiva (Survival, 2021).

El senador Marinho obtuvo acceso completo al informe sobre el nuevo pueblo no contactado de Olor a Fuego, mientras que a las entidades civiles se les negó la existencia ni siquiera de aquellos indicios, de los que tuvieron conocimiento por los profesionales sobre terreno. La reunión con el senador se ocultó y no fue registrada, como es obligado, en la agenda del presidente de la Funai. Además, los profesionales de terreno han sido amenazados y acosados por los actuales dirigentes de la Funai (Brasil de Fato, 2022). La fiscalía de Altamira –la ciudad más cercana al territorio Olor a Fuego– investiga al presidente de la Funai por esos hechos y ha reclamado el informe que dicha agencia dice que no existe.

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El indigenista Leonardo Lenin Santos, activista del OPI (Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas Aislados y de Reciente Contacto), sostiene que al ocultar estos indicios se pretende acelerar acceder al plan bolsonarista de deforestación e industrialización de Olor a Fuego, antes de que se exija la protección preventiva de dicho territorio por la presencia de un pueblo no contactado (Brasil de Fato, 2022).

Edenes de realidad

El planeta alcanza en 2022 los ocho mil millones de habitantes, de los cuales tan solamente unas decenas de miles de humanos se han protegido de la voraz expansión moderna que pretende explotar hasta el último rincón del planeta. Evangelistas fanáticos, corporaciones sin escrúpulos y políticos corruptos conspiran para romper la realidad en que viven y extraerlos a la realidad global de esta Última Modernidad agonizante. No se estima que haya más de ciento cincuenta mil. Aproximadamente, cada cincuenta mil personas en el mundo hay una que vive en un pueblo desconectado. 

Los grupos interesados ponen en circulación todos los prejuicios posibles y difunden que esos pueblos carecen de legitimidad ninguna sobre la propiedad y población de esos territorios donde habitan desde hace siglos o incluso milenios. Los presentan ante la opinión pública como salvajes, inhumanos por su deseo de permanecer aislados de la mayoría humana, se les infantiliza como ignorantes o se moviliza la fanática necesidad que hay de obligarlos a conocer el Evangelio para que puedan salvar sus almas.  

Lo que está en juego es qué es ser humano y qué es ser humanidad. Para fundamentalistas y codiciosos, estas personas, sus familias y pueblos carecen de derecho a permanecer en comunidades propias. Su desconexión parece quitarles no solamente la titularidad milenaria de derechos, sino también los inhumaniza. En el escándalo del pueblo de Olor a Fuego, no solamente sus miembros tratan de mantenerse totalmente libres, sino que la intención del gobierno de Bolsonaro es que no existan para nadie, de modo que pueda comenzarse impunemente la destrucción del territorio. 

En el mejor de los casos, antes de que se inicien posibles operaciones encubiertas para su genocidio, se les empujará a migrar forzadamente a otra zona o se les extraerá trágicamente para ser absorbidos por la civilización. Se les quiere romper la realidad aparte en la que viven para introducirlos en una civilización global en la que está cada vez menos claro cuál y qué es la realidad.

Sin embargo, la realidad que viven estos pueblos tiene una carnal densidad. El extremo grado de relación con la tierra, el agua, la fauna y vegetación hace que estén mucho más conectados con la realidad natural que el resto de la humanidad. Es más, su existencia señala la impostura del poder del resto de la humanidad —unida ya en una única civilización global moderna— para definir discrecionalmente lo que es real. Extraídos violentamente de su mundo, son diezmados y pasan a dejar de ser lo que fueron siempre, dejan de existir. La destrucción de su realidad es uno de los actos más brutales de la destrucción del propio sentido de realidad que tan precariamente tiene la Humanidad del siglo XXI. 

Esos trozos de realidad tan densa y originaria, son edenes que no deberíamos morder porque hay en ellos un mensaje radicalmente libre que nos llega desde las primeras generaciones de lo humano hasta la actualidad y todavía ano estamos preparados para recibir, sino solamente para destruir. En su vulnerabilidad ante nuestro titanismo moderno, hay un débil hilo de voz que nos revela qué es humano y qué es la Humanidad. Y eso es un misterio que, como civilización, aún no estamos suficientemente dispuestos a escuchar. 

Referencias

  • Brasil de Fato (2022). Novo grupo indígena isolado é identificado na Amazônia e já corre risco de extinção. Brasil de Fato, 1 de febrero de 2022.
  • COIAB & OPI (2021). isoladosoudizimados.org. Website oficial. COIAB (Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña) & OPI (Observatorio de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas Aislados y de Reciente Contacto).
  • COIAB (2022). Negligência e risco de genocídio: a política da “Nova Funai” voltada aos povos isolados. COIAB (Coordinación de las Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña), 3 de febrero de 2022.
  • Leitão, Matheus (2020). Justiça proíbe ONG evangélica de manter contato com indígenas no Amazonas. Veja, 22 de septiembre de 2020.
  • MNTB (2022). Novastribosdobrasil.org.br. Website oficial. MNTB (Misión Nuevas Tribus del Brasil).
  • Survival (2016). Perú: una “epidemia” de envenenamiento por mercurio asola a los indígenas nahuas. Survival, 10 de marzo de 2016.
  • Survival (2021). Brasil: indígenas no contactados en peligro al revelarse el plan secreto de un senador para abrir su territorio. Survival, 27 de enero de 2021.
  • Survival (2022). BRASIL – Descubierto un complot del Gobierno para abrir el territorio de un pueblo indígena no contactado. Survival, 27 de enero de 2022.
  • Valente, Rubens (2021). “Isolados ou dizimados”: campanha pressiona governo a proteger indígenas. UOL, 20 de agosto de 2021.