La fe sencilla de cualquier persona, es una fe digna de reconocer, valorar y acompañar.
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A veces queremos violentar procesos, imponiendo objetivos y estrategias; sin embargo, no hay que olvidar que la religiosidad popular tiene su tiempo y su modo.
El Evangelio, promotor de Salvación
No es fácil de entender, ya que el sincretismo necesario requiere conocer y amar la cultura propia e intuir cuál es la ruta para que el Evangelio no sea decorativo, sino promotor de Salvación; solo en la encarnación podremos estar a la altura del Reino.
En no pocas ocasiones he escuchado a muchos hermanos sacerdotes que dicen: “la gente no viene”… Y es que los días que sí van, no somos capaces de dar un poco más; se requiere creatividad, cercanía, sencillez, ya tienes a la gente! Aprovecha: PESCA…!
Los signos culturales son una puerta abierta que muestra que la gente tiene una referencia clara con la fe, hay pasos que tenemos que dar para evangelizar en estos casos, por ejemplo: se podría exaltar el signo para darle un valor más profundo.
