La elección de un Papa está rodeada de misterio y hermetismo, la forma en que se lleva a cabo este proceso a ‘puerta cerrada’ y donde solo unas cuantas personas participan siempre ha sido algo que han intentado descifrar. Este es el tema de una reciente película que tuve la oportunidad de ver, se llama: ‘Cónclave’, en donde resalta el imaginario colectivo acerca de este proceso, es una historia que nos muestra la perspectiva desde el punto de vista de algunos cardenales quienes pueden ser elegidos para ser el siguiente sucesor de Pedro.
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La película, además de contar con excelentes actuaciones, tiene una impecable realización, sus encuadres son dignos de admirar, pero, la historia presentada nos ofrece una historia muy lejana de los valores en los que nuestra Iglesia Católica está soportada.
En todo momento nos muestra un deseo desmedido por el poder, así como una lucha ‘encarnizada’ de los cardenales que desean como único anhelo ser el próximo Pontífice; seremos testigos de las artimañas que cualquier persona podría realizar para alcanzar el tan preciado título.
Información sesgada hacia lo negativo
El director Edward Berger nos va dando algunos giros en la trama donde el principal móvil es el poder, acompañado de la avaricia y el deseo desmedido. Podremos ver la manera en que van tejiendo los secretos y mentiras alrededor de la elección del Sumo Pontífice, las divisiones, diferencias y modos de pensar que se sustentan por el interés de ciertos bloques mundiales. Las pasiones humanas son lo que sustenta la película y olvida por completo la universalidad del mensaje de Jesucristo.
La película no tiene nada de espiritual, en ningún momento nos muestra el aspecto de la oración o las enseñanzas del Maestro para tomar una decisión tan importante como es la elección del nuevo Papa. Se abandona el trabajo pastoral de los posibles candidatos, la entrega y vocación, así como la fidelidad sacerdotal y las directrices que cada sacerdote tiene para encaminar a la Iglesia en su pontificado.
Todo se queda en la venta de votos, prácticas amafiadas de seguidores, promesas de puestos y una serie de artimañas que se emplean en la vida política, nada nuevo para los tiempos que estamos viviendo; sin embargo, la película ‘Cónclave’ nos ofrece información sesgada hacia lo negativo de la Iglesia y no dudo que tenga su lado oscuro, pero presentar solo lo negativo, resulta tendencioso centrarse en uno de los muchos aspectos que tiene una institución milenaria.
Recreación de los lugares donde se elige al Sumo Pontífice
La historia cumple su función principal que es entretener, pero debe ser vista con prudencia. “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino”. Mateo 16, 26.
En ‘Cónclave’ encontrarás una narrativa visual impecable, encuadres magistrales y un logro único al ser filmada en lugares que no tienen nada que ver con el Vaticano, ya que no contaron con el permiso para realizar el rodaje en las instalaciones, se trata de una recreación de los lugares donde se lleva a cabo la votación para elegir al Sumo Pontífice.