Desde el 17 de septiembre, la reverenda Paula Clark es obispo de la Diócesis de Chicago –primera mujer, primer afroamericano–. Cuidará de la comunión de las treinta mil congregaciones y centros de la Iglesia episcopaliana en una de las regiones más relevantes e innovadoras del mundo, donde también la sociedad necesita reconciliar las divisiones de la desigualdad, el racismo y la polarización.
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El ministerio pastoral de Paula Clark ha destacado por dos cualidades: la capacidad de crear procesos de discernimiento en asambleas eclesiales numerosas, y crear comunión desde el servicio común a los que sufren. La reverenda ha inspirado a la gente para servir juntos a los más necesitados y a los extranjeros, y de ese cuidado común ha surgido una conversión del corazón de las comunidades y una más honda comunión. Es en la entrega a Dios en esas heridas entre la gente, en cada corazón y en el planeta, donde, como su hija leyó del capítulo 8 de la carta a los Romanos, nada nos separará del amor de Dios.
Al comienzo de la consagración episcopal de Clark, tomó la palabra la obispo Marian Budde, de la Diócesis de Washington, quien destacó que el modo de liderazgo de Clark es el de los “constructores de capacidades: aquellos que se dedican a la labor lenta y entre bastidores de la formación en la fe, desarrollo de liderazgos, revitalización comunitaria, y la buena administración de los preciosos recursos”. Y le dio un buen consejo para su servicio episcopal: “Protege tu alegría”.
Las decisiones de las mujeres
El papa Francisco ha dicho en su reciente viaje a Kazajistán: “A las mujeres se les han de confiar roles y responsabilidades mayores. ¡Cuántas opciones que conllevan muerte se evitarían, si las mujeres estuvieran en el centro de las decisiones!”. La hija de la reverenda Clark también leyó: “La Creación entera espera con anhelo…”.