JOSÉ BELTRÁN | Director editorial de Vida Nueva
LUNES 30. El mando a distancia es un ejercicio democrático algo perverso. Con un dedo defenestras, castigas o premias. Cambio a Telecinco. La Voz. Y, de repente, Damián. Canta. Sonríe. Evangeliza. Tan sencillo. Tan difícil.
MARTES 31. Día de flojera. Esos en los que uno necesita ser servido, pero se resiste. Hay que aprender a sentirse limitado, a reconocerse inútil y hasta a disfrutar de nuestra pequeñez. Qué grandeza.
JUEVES 2. Una lágrima. Brota de una joven inmigrante con su hijo recostado. Los dos con un pie descalzo. Francisco les acaricia, les mima, les moja y les seca. “El amor de Dios no se cansa de abrazar”. Tampoco en la cárcel. Fraternidad.
VIERNES 3. Costaleros de rodillas. Es la única manera de sacar el paso de María Santísima del Dulce Nombre. Madrid. No soy capillita, pero me impacta la entrega de la piedad popular. Y más aún el trabajo de los últimos años que hay detrás, que no convierte aquello en un desfile, sino en comunidad que procesiona. Todo el año. De lejos, desde Valladolid, resuena la denuncia de Antonio Pelayo ante el Crucificado. “No saben lo que hacen…”. Ni los políticos. Ni nosotros.
SÁBADO 4. Vigilia Pascual. Parroquia de San Rafael. “Resucitar significa que es posible volver a empezar”. Lo dice Antonio Cano. Una niña, sabia, apostillará después de forma espontánea: “Gracias, Señor, por darnos una segunda oportunidad”. Y una tercera. Y una cuarta. Podría seguir. Palabra.
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En el nº 2.936 de Vida Nueva.
