Luis Antonio Rodríguez Huertas
Militante del partido Por Un Mundo Más Justo y bachiller en Teología

Cu Hache Jota


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Sólo con los años podremos calibrar la verdadera dimensión del momento histórico que estamos viviendo. Es lógico. Sin embargo, no es exagerado decir que el nivel de complejidad y las incertidumbres que atravesamos son suficientemente altas como para estar alerta… y buscar referencias que ayuden a dar las mejores respuestas. “Cu Hache Jota” puede ser una de ellas.



¡Qué difícil es todo!

Cojamos un tema de actualidad. Cualquiera:

La gestión de la crisis de la DANA en Valencia; los acuerdos del Gobierno con Junts en materia de migración; las decisiones en torno al rearme militar como estrategia defensiva de Europa; las vías de solución de los conflictos bélicos como los del Congo, Ucrania o Gaza; la erradicación del sinhogarismo; la igualdad entre mujeres y hombres; los problemas de nuestros jóvenes para gozar de una vivienda, y un largo etcétera. Todos son muy complejos. Cualquier postura ante ellos puede ser bien razonada y argumentada. Y con auténtica buena intención en muchos casos.

Por eso, ante el vértigo de encontrar soluciones, necesitamos referentes que den luz y faciliten la toma de posturas. Entre estos encontramos personajes públicos con solvencia y competencia, ideologías políticas y económicas, o creencias morales y religiosas.

En ese sentido, hoy quiero poner en valor una propuesta que, a muchos/as, parece funcionarles: QHJ. Qué haría Jesús (de Nazaret).

Posibilidades y límites

Podríamos entrar en el debate –pertinente e interesante– de si la propuesta del Nazareno quiso tener también una aplicación sociopolítica o, en cambio, aquello de “dadle al César lo que es del César”, declaraba que sus consejos eran para el ámbito individual-eclesial y, como mucho, la dimensión misionera de propagación de la fe. Sin embargo, hay razones de peso para pensar que no fue así.

Cantidad de autores y activistas a lo largo de la historia –sin necesidad de referirnos a teologías que han generado fuertes controversias–, han visto en la vida y obra del Nazareno fuertes dosis de carácter político y social. La misma ha sido inspiración de una interminable lista de la que rescato algunos nombres como Tomás Moro, Simone Weil, Madeleine Delbrêl, Dorothy Day, Tomás Malagón, Guillermo Rovirosa… Por otro lado, la Doctrina Social de la Iglesia –ese “gran tesoro desconocido”– no es sino un intento de aplicación política, económica y social del mensaje evangélico. El magisterio de Francisco es un buen ejemplo de ello.

Cierto es que, esa guía (las enseñanzas de Jesús), ha de ser actualizada para poder confrontarla y aplicarla a la realidad presente. Pero, en cualquier caso, ofrece un marco suficientemente amplio como para poder intuir respuestas a los desafíos del hoy concreto.

Dia De La Mujer

¿Abogaría Jesús, por ejemplo, por la recuperación de la proliferación de armas nucleares como elemento “disuasorio” frente a posibles agresiones futuras? ¿Apoyaría leyes que impulsaran una mayor y mejor integración de la mujer en todos los ámbitos? ¿Apostaría por facilitar la regularización extraordinaria de personas extranjeras en nuestro país?

No digo que todas las preguntas y respuestas sean igual de fáciles… Pero sí afirmo que, pensando en el bien común lógicamente, una conciencia formada y recta e iluminada por los valores de Jesús de Nazaret… serían una contribución extraordinaria para dar con buenas decisiones políticas.

Incluso para los no creyentes o no cristianos. Porque, de alguna manera, el QHJ representa los arquetipos que se han ido fraguando a lo largo de los siglos en nuestra conciencia colectiva y en nuestra humanidad: la necesidad de apostar por lo que construye la paz, la fraternidad universal, la justicia social y la civilización del amor.

Francisco: ojalá te recuperes pronto y no dejes de recordárnoslo.