¿Dejaremos que se hunda la COPE?


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Pepe Lorenzo(José Lorenzo– Redactor Jefe)

“Lo que me anima, por el contrario, es el convencimiento de que una emisora únicamente escorada hacia el humanismo cristiano, sin más aditivos ni siglas, tiene futuro –y sentido– en esta sociedad y con este Periodismo”

Confieso que escucho la COPE desde que hace unos meses optaron por abrir de nuevo los micrófonos al sentido común. También confieso que lo hago como un ejercicio de voluntarismo, porque siendo el sentido común de los más esquivos que se conocen, por el momento aún lo percibo titubeante a través de esas ondas. Pero –y eso es lo que cuenta– ahí me tienen sintonizando a distintas franjas horarias (por repartir mi buena voluntad entre el mayor número posible de empleados) con la esperanza de que el sistema ése que mide las audiencias me pille siempre de guardia con la antena puesta en la COPE.

Creo, pues, estar en el derecho a poder contarme entre ese 1.251.000 personas que todavía escucha de vez en cuando la emisora de la Iglesia, según los últimos datos que acaba de ofrecer el Estudio General de Medios, aunque no sirva de mucho para taponar la sangría de desafecciones que está registrando en los últimos meses: casi han perdido un millón de oyentes.

Pero esto no me desanima. Ni siquiera cuando algún conocido me dice que me lo haga mirar. Ni cuando recuerdo los linternazos nocturnos y alevosos que le propinaron a coro a esta revista por encargar y publicar un ‘Pliego’ en el que advertía fraternalmente de la deriva a que la estaba llevando el entreguismo sin condiciones de sus ejecutivos y algunos prelados a Jiménez Losantos (por cierto, ¿qué se hizo de aquel libro en el que este locutor iba a contar su salida por la puerta de atrás de la emisora?).

Lo que me anima, por el contrario, es el convencimiento de que una emisora únicamente escorada hacia el humanismo cristiano, sin más aditivos ni siglas, tiene futuro –y sentido– en esta sociedad y con este Periodismo. Convendría aprender de los errores del pasado, de las lecciones del Ya y de EDICA –hoy ya sólo relevantes para los estudiosos– para no repetirlos e ir de inmediato hacia la reforma de calado que necesita la COPE. Y hacerlo rápida y humildemente.

En el nº 2.704 de Vida Nueva.