Desmemoria histórica


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Pepe LorenzoJOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva

“Me preocupan más aquellos que ignoran porque no recuerdan o les han birlado de sus planes de estudio aquel periodo en el que la Iglesia fue un factor decisivo para preparar la llegada de una nueva época, haciendo renuncias explícitas en favor de la reconciliación entre los españoles. ¿Qué hemos hecho con aquel patrimonio de credibilidad institucional, reconocido en su día incluso por los comecuras de antaño?”.

La ignorancia, ya se sabe, es muy atrevida, y además, está de moda, a tenor de lo extendida que está. Por eso ya casi no extraña oír en una tertulia que la Iglesia no solo no sabe vivir en democracia, sino que se opuso a que España la recuperara hace 35 años. Desgraciadamente, tampoco extraña que ese tertuliano saliese intelectualmente indemne: no hubo nadie en el programa que quisiese o supiese rebatirle mínimamente su sentencia. Así pues, quienes le escucharon y comparten falta de conocimientos y prejuicios, han abonado un poco más sus particulares brotes verdes de anticlericalismo. Creyendo ser modernos, han retrocedido un par de siglos.

Me preocupan más aquellos que ignoran porque no recuerdan o les han birlado de sus planes de estudio aquel periodo en el que la Iglesia, con sus hijos en primera línea, fue un factor decisivo para preparar la llegada de una nueva época, haciendo renuncias explícitas en favor de la reconciliación entre los españoles. ¿Qué hemos hecho con aquel patrimonio de credibilidad institucional, reconocido en su día incluso por los comecuras de antaño? Aquella sociedad supo valorar el esfuerzo de una Iglesia que logró arrinconar el palio (no sin sus fuertes tensiones internas) para tratar de alcanzar al mundo en su carrera vertiginosa, que decía de Pablo VI. Obispos, sacerdotes y laicos se encarnaron en las angustias y esperanzas que a los hombres y mujeres de aquella época les traían los nuevos tiempos. Y en muchas de aquellas reivindicaciones que ayudaron a bien parir a esta democracia desmemoriada había hijos e hijas de la Iglesia sosteniéndolas.

Por primera vez en nuestra joven democracia se ha aprobado una reforma de la Constitución, hito que viene marcado por una situación económica crítica, antesala de un periodo de grandes sacrificios que causarán más dolor y malestar en una sociedad con cinco millones de parados. ¿Sabe la Iglesia en España acompañar este momento histórico? Al parecer, también entre nosotros hace estragos la desmemoria.

En el nº 2.767 de Vida Nueva.