Después de un año caminando, dialogando y escuchando a jóvenes sus propuestas, demandas, anhelos… comienza la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre ‘los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional” y como jóvenes de Acción Católica (ACG-J, JEC, JOC y MJRC), sintiéndonos agentes activos de esta comunidad, ponemos voz a jóvenes que se sienten llamados a ser protagonistas en la transformación del mundo según el proyecto de Dios.
Reconociéndonos miembros de pleno derecho de la comunidad eclesial, acompañados y en comunión con los pastores y demás carismas y ministerios que enriquecen al pueblo de Dios, hemos elaborado un comunicado en sintonía con el Sínodo de obispos que comienza, 3 de octubre en Roma. Ante todo lo vivido, la pregunta de “¿qué le pedimos a la Iglesia?”, aún cobra más sentido. Ilusionados y llenos de expectación en que algo importante está pasando solicitamos a nuestra la Iglesia, desde la fraternidad y la colaboración, un gran listado de deseos cargados de anhelos y sueños.
Desde el inicio, el Papa ha querido escuchar a todas las personas jóvenes sin filtros como bien se plasmó en el encuentro Presinodal en marzo de 2018, donde 300 jóvenes representantes de todas las regiones se encontraron para dialogar y hacer una hoja de ruta que pudiera orientar a los padres sinodales. Teniendo en cuenta este documento, elaborado por las y los jóvenes de todo el mundo, nace el ‘Instrumentum laboris’.
Encuentro de Pastoral Juvenil
Documento que se ha trabajado del 27 al 30 de septiembre en el Encuentro Nacional de Delegados y Responsables de Pastoral Juvenil de España, celebrado en Valencia este fin de semana, donde asistimos unas 93 personas pertenecientes a diferentes realidades de pastoral juvenil de España de las delegaciones diocesanas, movimientos, congregaciones e institutos seculares, todos de ámbito nacional. Se estuvo trabajando en torno al ‘Instrumentum laboris’ de mano de Carlos Escribano, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, y responsable del Departamento de Pastoral Juvenil que además es uno de los padres sinodales.
Este documento plantea dos claras finalidades a abordar mediante dos firmes invitaciones; una primera donde “la Iglesia está invitada a acompañar a todos los jóvenes, sin excluir a ninguno, hacia la alegría del amor”, y una segunda donde “los jóvenes pueden, con su presencia y su palabra, ayudar a la Iglesia a rejuvenecer su rostro”. Resaltar, que el ‘Instrumentum laboris’ está enmarcado en tres palabras; reconocer, interpretar y elegir, metodología que nos recuerda a la nacida de la JOC, ‘Revisión de Vida’.
Una Iglesia que sea capaz, desde la luz que proyecta el Resucitado, de reconocer el papel y el protagonismo de las mujeres dentro de la comunidad eclesial y en la tarea de anunciar el Evangelio. Aplicando en sus estructuras los principios y valores del Evangelio donde se reconocía la dignidad y el valor de las mujeres en plano de igualdad con los hombres como lo hizo Jesús de Nazaret.
Opción por los pobres
Es un camino que se ha comenzado a caminar, pero que aún queda mucho por andar, reflexionar y poner en marcha para ser una Iglesia que haga real su opción preferencial y evangélica por las personas empobrecidas y no solo como una doctrina teológica de bellas palabras sino como una vivencia en su “día a día”. En este momento histórico, las y los jóvenes necesitamos una Iglesia proactiva que acoja jóvenes ya presentes, jóvenes alejados y sin duda a jóvenes ausentes, porque Dios desea encontrarse con la humanidad y concretamente con la juventud.
Deseamos que este Sínodo nos ayude a encontrar caminos nuevos para llegar a las y los jóvenes del siglo XXI para los que tan irrelevante es la Iglesia. Caminos que nos de pistas para ponernos en marcha para que nuestro lenguaje sea más cercano y entendible, donde seamos una comunidad en salida que acoja a todas las personas sin distinción, donde sea una praxis cotidiana el protagonismo de los jóvenes en nuestras comunidades, al igual que el de la mujer, abordando su papel y tarea pastoral. Todo ello, creyendo y confiando firmemente en los dones de los y las jóvenes, quienes acompañadas y teniendo como referencia a Jesús, podemos rejuvenecer la Iglesia.
¡Cuenten con nosotros! Somos jóvenes que queremos formar parte de la construcción de un mundo nuevo, donde cada persona tenga oportunidad de desarrollarse y vivir con la dignidad que Dios tiene soñada para cada uno de nosotros. Somos jóvenes, y no nos resignamos a ser generación ignorada y sobrante. ¡La juventud no podemos quedar al margen! Somos el presente, somos la alegría y la fuerza, somos la esperanza que empuja otro mundo posible.