JUEVES 19. Congreso de Misiones. Eugenio Arellano rompe con la prosa eufemística. “Como Iglesia tenemos que ser más claros en nuestra apuesta por los pobres. A ellos les vendría bien que fuéramos más agresivos y menos mansos”. La misma llamada antisistema que le escuché hace una semana a Alejandro Solalinde. Azote del presidente de la Conferencia Episcopal de Ecuador, Arellano se mueve en su día a día con una comunidad afroamericana despreciada en su propio país. “Por negros y por pobres”. Nosotros, a lo nuestro.
SÁBADO 21. “Si esto se trata de una competición de quién es más católico, le dejo ganar, no me voy a perder en debates”. Así de crudo me lo plantea alguien que lleva unos días asistiendo a impactos varios de bala sobre lo que supone moverse un milímetro de lo que algunos llaman dogma, pero que quizá solo sea adherencia histórica.
DOMINGO 22. Eucaristía del Congreso de Misiones. Retransmitida por Televisión Española. Parroquia de la Virgen Peregrina. Al fondo. Golpazo. Caída de una feligresa. Tropieza con los cables de la cámara. Y no por falta de señalización. No será el único traspiés. Necesidad de pisar firme. De mirar la tierra que uno pisa.
LUNES 23. Salón Alfa y Omega. Presentación de un libro sobre el padre Garralda. Algo más de un año sin el fundador de Horizontes Abiertos. Sí, el hombre que revolucionó la pastoral penitenciaria. “No ha sido un año fácil”, admite María, la presidenta, mano izquierda y derecha del jesuita. Una mesa repleta. Amigos y conocidos. Loas justificadas. Hasta que toma la palabra Rocío. “Cuando nadie daba un duro por mí, Jaime me salvó. Nunca he sentido tanta paz como cuando él me hablaba”. Siento que sobra el libro. Y el homenaje. Y hasta mi pregunta sobre si alguien se ha planteado iniciar el proceso de beatificación. Porque Rocío, con su experiencia de salvación, ya ha canonizado a Garralda. Aquí, su decreto: “Necesitamos ángeles y héroes como él”.
MARTES 24. Robert Sarah y Santiago Abascal, juntos. Patrocinados.
MIÉRCOLES 25. “Esa diócesis no está preparada para escuchar algo así”. Asiento cabizbajo a lo escuchado. Sustitúyase “algo así” por “el Evangelio”. Efectivamente. No estamos preparados.