Somos más propensos a las malas noticias. ¡Qué lástima! Ponemos especial atención en lo negativo, las malas noticias llaman poderosamente nuestra atención. Las tragedias atraen nuestras miradas, los noticieros están inundados de información donde los seres humanos realizan actos violentos; no niego que esto suceda, las tragedias y desgracias son el “pan de cada día”, desafortunadamente, nos enfocamos en la lamentación y por triste que parezca, se experimenta cierta fascinación en la maldad que hay en nosotros.
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Para muestra, comparto la siguiente información de la Organización Mundial de la Salud, donde acaban de mencionar que estamos por ver una nueva pandemia, la cual será mucho más mortal, más agresiva que la anterior. Y entonces, los medios y la información comienzan a inundar los titulares con esta noticia, pero, ninguna nota habla acerca de cómo prevenir y enfrentar esta nueva pandemia.
Simplemente se dice, “ya viene”, vamos a experimentar nuevamente este “encierro” al volvernos a meter en las casas y casi nadie expresa cómo deberíamos prevenirla, qué cuidados debemos tomar para enfrentarla, de hecho, la nota sólo se centra en que va a venir una nueva pandemia mucho más agresiva, pero ¿cómo prevenirla? ¿Cómo debemos adaptarnos?
En fin, todo lo necesario para este tiempo que se avecina; sin más, se pone atención a la parte negativa, la nota sensacionalista, morbo que genera este tipo de declaraciones. Empezamos a vivir con una ansiedad colectiva, un tipo de sugestión mundial que destruye y que impacta negativamente nuestra vida, comienzan a generarse pensamientos catastróficos y para ello somos expertos, ¿verdad?
Confianza en el amor de Dios
La impaciencia y la falta de cordura se apoderan de nuestras acciones. Hoy, como creyentes, debemos confiar y poner nuestras esperanzas en Dios, quien siempre nos acompaña y que está a nuestro lado en los momentos de tristeza, de desolación y como seguidores de Jesús, no debemos perdernos, no poner más atención que la necesaria a estas señales.
Y por si fuera poco, siguen las notas y ahora el volcán, el Popocatépetl, en la Ciudad de México empieza a lanzar lava, que si se avecina un nuevo sismo de enormes magnitudes, que si la plaga mundial, temas sensacionalistas. Debemos mantener la calma, ser verdaderos creyentes y compartir esa confianza que tenemos en el amor de Dios ante las malas noticias, lo que está aconteciendo.
La humanidad siempre ha estado expuesta ante los peligros naturales, estos nos han acompañado desde que el hombre ha estado en esta casa como dice el papa Francisco, la “casa común”. Estas notas no tienen nada de novedoso, han sido parte de la historia de la humanidad, inundaciones, terremotos, volcanes -como dice el dicho: “Nada nuevo bajo el sol”-, pandemias, catástrofes naturales, huracanes, todo eso lo tenemos, pero también tenemos la confianza en Dios.
Sabemos que este mundo y la naturaleza tienen vida y palpita, por eso suceden estos fenómenos. Es muy importante que en este momento no nos centremos en las malas noticias, sino que creamos y nos convirtamos en las buenas noticias que también desde hace más de 2000 años Jesucristo nos ha compartido. Creemos mucho más en los titulares de los periódicos, en los noticieros, que en la palabra de Dios, esa palabra que nos va a dar la certeza y la confianza, que nos da la fortaleza para enfrentar las dificultades.
La palabra de Dios tiene las noticias más actuales
Te invito a que no nos centremos solamente en las malas noticias, hay muy buenas noticias en el Evangelio; sin embargo, nos quedamos sólo con las malas, creyendo que el mundo se va a acabar, Dios quiere que vivamos tranquilos aún en medio de la tempestad, en la tormenta. Hoy te invito a que recapacitemos ¿cuánto tiempo vemos noticias?, ¿cuánto tiempo estamos frente a esas pantallas poniendo toda nuestra atención y dándole nuestra confianza a un medio?
Pero cuando se trata de hablar de la palabra de Dios, de escuchar buenas noticias, inmediatamente le quitamos el valor, decimos: Bueno… es que esas no son noticias actuales ¡Claro que sí! La palabra de Dios tiene las noticias más actuales. Las buenas nuevas de Dios nos dan esperanza, dan alegría, esa tranquilidad que necesitamos, la certeza de que Dios está siempre con nosotros.
En Corintios 15, versículo 56 encontramos: “El aguijón de la muerte es el pecado y el poder del pecado la ley. Pero gracias a Dios Él nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”. La Biblia dice que Jesús proclamó el Evangelio y Evangelio significa buenas noticias. Él nos ilumina y da un nuevo sendero, una nueva manera de enfrentar las dificultades o lo que podríamos llamar buenas noticias.