El verdadero amor es capaz de hacer las proesas y acciones más difíciles, es una hermosa energía que transforma nuestras vidas. He sido testigo del proceso que ha tenido la esposa de un hombre que debido a un accidente quedó en estado vegetativo, el daño de acuerdo a los especialistas fue tan grande que su esperanza de vida era muy poca.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- El Podcast de Vida Nueva: Escudo eclesial frente a las estafas
- Regístrate en el boletín gratuito
La familia completa se propuso superar la adversidad, todos juntos trabajaron hacia un mismo objetivo, el cual fue regresar a quien tanto aman a sus vidas. Con aspectos tan sencillos como hacerla partícipe de pequeños momentos de alegría, hablando con ella, compartiendo buenas noticias y especialmente, dándole esperanzas.
Al principio no sucedió nada relevante, parecía que nada funcionaba; sin embargo, la persistencia, la disciplina y el no perder la fe lograron que poco a poco ella moviera los ojos. Este aspecto trajo nuevas esperanzas a toda la familia, si lograron que ella pudiera reaccionar, entonces podrían sin duda hacer que moviera los dedos de la mano, después movería la mano, luego la cabeza y poco a poco volviera a hablar. ¡El amor hace posible lo imposible!
La manera de dar y compartir amor en momentos tan complicados, hicieron la diferencia, ella se puso de pie y junto con toda la familia logró dar nuevamente sus primeros pasos. Puedo decir que lo lograron, que fue el amor y la constancia de todos los integrantes por regresarla a la vida. El verdadero amor la trajo de vuelta, con los suyos para que volviera a nacer.
Dios permitió el milagro
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor”. 1 Juan 4, 18.
El ejemplo de esta familia me invita a reflexionar en la seguridad y confianza en Dios y en su amor, estar seguros de que nuestras vidas en manos de Dios nos pueden llevar a conocer realidades que jamás nos hubiéramos planteado, como recuperarnos de una crisis, enfrentar una enfermedad grave o salir adelante en un momento de dificultad, son solo algunos aspectos que se pueden presentar en nuestra vida, teniendo la seguridad de que con amor verdadero no existen límites.
Ver caminar a la mujer en compañía de su familia, me emocionó hasta las lágrimas, el triunfo era de todos, la gloria es para Dios y ahí una nueva familia, donde las dificultades seguramente dieron enseñanzas a cada integrante, volviéndolos más fuertes y más decididos ante la vida. El ejemplo de todos ellos nos muestra que el valor terminó con el miedo, dando esperanza y certeza del sentimiento más auténtico como lo es el amor.
Seguramente que toda la familia escuchó diferentes diagnósticos de los especialistas, todos ellos confirmando sus sospechas, pero la confianza venció al miedo, el amor entre ellos hizo lo imposible y sin duda Dios permitió el milagro más hermoso, darle una nueva oportunidad a esa mujer que era madre, esposa e hija.
“Y Él respondió: Lo imposible para los hombres, es posible para Dios“. Lucas 18, 27.