Jesús fue criticado por los fariseos porque andaba con publicanos y pecadores. Trataba con todo tipo de gente, estaba accesible a cualquiera que se le acercara y, a lo largo de su vida pública, tuvo muchos encuentros improbables. Jesús comunicaba en el curso de encuentros profundos, generaba lazos de amistad.
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En días pasados, el padre Ángel se convirtió en tendencia en redes en España por las críticas a su presencia en un congreso socialista, aunque también ha estado numerosas veces en congresos de otros partidos políticos a los que le invitan. Nunca está dando cobertura a ningún partido, sino animando a que todos los políticos den lo mejor de sí y, especialmente, trabajen por la justicia con los más abandonados.
El padre Ángel es ejemplo de persona capaz de llegar al corazón de los más diversos ambientes, donde, como Jesús comiendo con gentes tan diversas, escucha y acompaña mucho a las personas. Con un profundo espíritu de pluralidad, es capaz de llevar la causa de los pobres al corazón de líderes políticos y centros de decisión de todos los colores, empresarios, periodistas, creadores culturales, etc. No solo va a sus lugares, sino que los lleva a donde los pobres viven y sufren, para mover al compromiso por ellos.
Llevar la Palabra de Dios
Y lo hace escuchando más que hablando, con suma humildad y sencillez. Así, es capaz de que la Palabra llegue a donde generalmente la Iglesia no sabe, no puede o no ha querido. Nadie se siente excluido de la confidencia y el consejo de este sacerdote asturiano. Y esa confianza le hace capaz de acompañar a las líderes más ajenos a la Iglesia en sus momentos más dolorosos y también en algunos de los más felices, consolándoles con la Palabra del amor de Dios.
La incidencia pública que el padre Ángel ha logrado alcanzar es todo un arte, y la Iglesia española debería aprenderlo más.
