JOSÉ BELTRÁN | Director editorial de Vida Nueva
SÁBADO 20. Unos chorizos, panceta a mansalva y alitas de pollo en Vallecas. Kilos y más kilos. A la parrilla suman los euros necesarios para que la pequeña Ong Construyendo Futuro –de las religiosas de la Asunción– beque a adolescentes en Kenia y atienda un orfanato en India. De la rifa solidaria me voy con una camiseta del Madrid y otra del Barcelona firmada por Messi. Alguien me dice: “Símbolo de la unidad que necesitamos”. Me río.
DOMINGO 21. Buscaba retratos en la Casa de Vacas. Pero me topé con algo más. Puertas bajo el pincel de Isabel Guerra. Abiertas. Entornadas. Y también cerradas. Pero incluso estas últimas las imagina con la vida que hay al otro lado de la cerradura. En el fondo, las pinta abiertas, o sabedora de que alguien tiene la llave para darles uso.
LUNES 22. Carmen Sancho en la redacción de Vida Nueva. Toda una vida como misionera en Asia. En moto, llevando consuelo a los enfermos. A pie, cambiando el temor a los elefantes por la confianza en el Dios de la creación. Con la palabra, ahora, acompañando a las jóvenes que buscan escribir su vida desde un versículo del Evangelio.
MIÉRCOLES 24. El cardenal está tranquilo. Le quieren jubilar. Él sabe que el fin de contrato se acerca y que pronto podrá dedicarse por completo a la pastoral de las grande urbes. No le inquietan los que le ponen fecha para la fiesta de despedida. Tampoco la quiniela de sucesores. Mientras otros echan cuentas, él se recupera de su operación de vista. Ha sido la intervención el único motivo de alterar agenda. No miren a Roma.
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En el nº 2.947 de Vida Nueva.