José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

El Casio de Bergoglio


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MIÉRCOLES

Presentación del nuevo libro de Cándido Méndez en la sede de Hermandades del Trabajo de Madrid. Desenfunda el florete. “Me parece muy bien que se pongan impuestos a los más ricos, pero soy de una filosofía personal en la que siempre he defendido que no me importa que haya más ricos, sino que haya menos pobres”. Estocada. “Para mí es pecado la precariedad del empleo y despilfarrar los recursos públicos, ser indiferente a la desigualdad”. Y touché. “Nosotros teníamos reuniones periódicas con la Conferencia Episcopal, pero creo que ahora esos encuentros con la cúpula no se hacen”.



JUEVES

Festividad del Dulce Nombre de María. Capilla del Colegio Santa María del Pilar. Y un pensamiento de Chaminade: “María enriquece al pobre, protege al tímido, desarma al furioso, toca el corazón del ingrato y no abandona a nadie”.

VIERNES

Entrevista de Martín Bianchi a María Patiño en El País. “La manipulación de la realidad, tergiversar realidades jodidas como un atentado o intentar derribar gobiernos contando mentiras. Eso es basura, en mayúsculas. Lo que hacemos los payasos de la tele, con todos mis respetos a los payasos, no es telebasura”. Aplíquese, de paso, a la comunicación religiosa.

Reloj Casio del Papa Francisco. Viaje Singapur

SÁBADO

Eva Fernández. Escucho de nuevo su intervención en ‘La linterna de la Iglesia’ de COPE. “El Papa no tenía reloj”. Su balance sobre el viaje más largo del pontificado. Que no es la gira a Asia y Oceanía. Bergoglio lo comenzó en marzo de 2013, cuando hizo la maleta en Buenos Aires convencido de que regresaría. No lo hizo. Y desde entonces solo le ha acompañado en su muñeca un Casio. Que orienta, pero no determina. Porque no hay prisa si el que tiene enfrente necesita compartir sus lágrimas. Porque no hay que acelerar si hay quien no está preparado para una reforma. Pero tampoco parar las manecillas por los asustaviejas.

DOMINGO

En misa. Me quedo atrapado en el salmo. “Caminaré en presencia del Señor”. Mejor nos iría si esa presencia fuera efectiva, como esa voz que constantemente te recuerda la salida en la siguiente rotonda o el sofisticado mecanismo que te alerta de un mínimo desvío del carril. Aunque hay veces que ni con esas. Uno toma la calle equivocada o se salta a la torera el aviso.

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