Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

El Nivel Básico de Satisfacción (NBS)


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La semana pasada hablábamos de apetencias y deseos y de como estos se pueden convertir en necesidades personales o sociales. En el primer caso es la propia persona la que realiza esta mudanza y considera que algo que antes era totalmente prescindible en un elemento necesario para su vida y, en el caso de las necesidades sociales, es la sociedad la que nos va obligando poco a poco a que consideremos ese bien, servicio o apetencia, en algo sin lo que mi vida va a ser dificultosa.



Esto tiene una relación directa con lo que denomino el Nivel Básico de Satisfacción. Con esta palabra me refiero a aquel nivel de satisfacción que alcanzamos cuando hemos cubierto todas nuestras necesidades (básicas, sociales y personales). La aspiración económica primaria de cualquier persona es alcanzarlo, porque es lo que creemos que es necesario para tener una vida digna. Queremos gozar de unos ingresos suficientes para alcanzar este nivel de vida, aquel que nos permite disfrutar de todo aquello que necesitamos para vivir.

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El NBS es una de nuestras aspiraciones vitales, algo que queremos alcanzar para vivir bien. A partir de él, no solamente podemos descuidar nuestro afanes económicos porque ya tenemos lo suficiente para vivir, sino que todo aquello que nos llegue por añadidura nos va a dar un nivel de satisfacción elevado y por encima del básico que precisamos. Cuando hablamos de lo suficiente, este concepto es clave. Porque el NBS es el que alcanzamos cuando tenemos lo suficiente, cuando creemos que ya no necesitamos más, cuando nos conformamos con lo que ya hemos conseguido.

Utopía irrealizable

El economicismo ignora totalmente este concepto (lo mismo que la mayoría de la ciencia económica impregnada por este). El principio de “no saturación” conlleva que nunca se alcance un NBS, que este una utopía irrealizable porque siempre vamos a aspirar a más, porque las necesidades se consideran subjetivas y crecientes, por lo que nunca se estará conforme con lo que se tiene, siempre se tendrá una sensación de carencia, de que me falta algo, de que podría tener o disfrutar de más bienes y servicios y se podría estar mejor.

Sin embargo, comprender este concepto nos ayuda a plantearnos la economía de una manera más sabia y reconocer los procesos que nos pueden llevar a una vida más satisfactoria. Ser conscientes de que la gestión económica puede ir destinada a alcanzar ese NBS y que eso es mucho más “racional” que aspirar siempre a más, la gestión económica y sus consecuencias sobre nuestra existencia cambian totalmente.