(José Lorenzo– Redactor Jefe)
“Mucho tacto tendrá que desplegar Asenjo en una sede con fuerte personalidad, donde según qué temas, incluso la voz de los pastores puede sonar afrentosa. Que module la suya con su timbre propio, con el tiento que le hizo salir con bien, a pesar de lo sufrido, de la Secretaría General de la CEE y de Córdoba”
Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla, hubiera preferido meterse en el espinoso jardín de las cofradías sevillanas de una manera menos abrupta de lo que lo ha hecho. Como le sucedió al cura Javierre cuando llegó a la ciudad que luego le nombró hijo adoptivo, el obispo tiene aún “algo seca el alma” para aquella barroca religiosidad popular. Y seguro que cree lo que ha dicho de las hermandades: que andan justitas de formación y eclesialidad. No es el único que lo piensa. Pero, también seguro que hubiese deseado otro modo para hacérselo saber que no fuese tras su enfado porque una de ellas, la Hermandad de la Esperanza de Triana, ha osado decirle (en realidad, al Arzobispado de Madrid) que no enviará su paso para el Vía Crucis que los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud pretenden convertir en “histórico”, con tallas procedentes de diez ciudades españolas. Si Benedicto XVI quiere verla, que haga como Juan Pablo II: que baje a Sevilla, dicen.
Mucho tacto tendrá que desplegar Asenjo en una sede con fuerte personalidad, donde según qué temas, incluso la voz de los pastores puede sonar afrentosa. Que module la suya con su timbre propio, con el tiento que le hizo salir con bien, a pesar de lo sufrido, de la Secretaría General de la CEE y de Córdoba, a donde se le envió para arder con Cajasur.
En Sevilla sienten que quienes cuestionan la vívida fe de sus procesiones son ahora los que quieren un espectáculo cofradiero en la Castellana. Y por ahí no pasan, por mucho que los organizadores revistan de catequesis una petición (cuyos gastos, además, sufraga cada hermandad) que, en realidad, tiene mucho que ver con la mercadotecnia. No todo vale. Ni siquiera para que vaya más gente a ver al Papa. Es de esperar que a Julián Barrio no le dé por organizar una concentración en la Plaza del Obradoiro de todos los santiagomatamoros que jalonan las iglesias del Camino para arropar al Papa en noviembre…
En el nº 2.713 de Vida Nueva.