Rafael Salomón
Comunicador católico

El peligroso mundo de las drogas


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Millones de personas viven con alguna dependencia a sustancias dañinas que producen una satisfacción momentánea, pero que tienen repercusiones negativas para la salud. En nuestro mundo donde lo que impera es el negocio, se han legalizado algunas de estas sustancias haciéndolas parecer como que no hacen tanto daño; vamos a dejar claro, aunque sea legal, aunque se ofrezcan en cualquier tienda, igual dañan.



Alcohol, tabaco, marihuana, son sustancias tóxicas que causarán un impacto en la salud de los consumidores, los efectos pueden verse contrastados con las personas que no lo consumen. La dependencia a diferentes drogas ya es un problema de salud pública y aunque las cifras no son exactas se contabilizan más de 50 millones de adictos en la Unión Americana.

Se trata de enganchar al consumidor, de quitarle su voluntad y convertirlo en un cliente para las diferentes sustancias que se ofrece en un mercado millonario donde no importa la persona.

Actualmente las drogas sintéticas van ganando territorio y en ello podemos ver cómo se utiliza de una manera inhumana, estoy hablando específicamente del fentanilo, el cual vuelve adicta a la persona desde la primera dosis y hace unos días, acabo de ver un documental, donde en las calles en Filadelfia, muestran a jóvenes con los efectos de esa droga, como si se tratara de personas zombies o muertos vivientes.

adictos

Dos personas en situación de calle consumiendo drogas en Tijuana, Baja California (México). EFE/ Joebeth Terriquez

Presos de la adicción y lo más triste, sin poder salir; por ello, debemos tener el valor y la fuerza para evitar entrar al mundo de las drogas, si puedes, revisa en las redes sociales especialmente en YouTube documentales de Filadelfia, te darás cuenta, cómo las personas tienen ese ‘rictus’ de dolor, acaban con su vida, con su dignidad, por eso es muy importante no dar ese paso al mundo tan peligroso de las drogas, porque acaban con la vida.

Dios de la vida

No es divertido, no dan felicidad y lo peor, es que no pueden escapar de manera sencilla de ellas, nada fuera de nosotros nos puede dar la felicidad completa, momentánea tal vez sí, como un momento de evasión, pero, es muy caro. Se juega la vida, es un gran negocio que genera millones ¿Cómo podemos detener todo esto? Con un simple no. No quiero acabar con mi juventud, con mi libertad, no quiero acabar con mi dignidad, con mi familia y sobre todo con mi vida.

Negarse como un acto de prevención. Haber visto aquellas imágenes de ese documental, generó en mí una profunda tristeza por tantas almas perdidas, vidas con un gran potencial, tiradas en la avenida, esperando que la reacción de la droga los hiciera evadirse por unos minutos, otros más, ya con secuelas motrices, con dificultad para moverse. La droga afecta el sistema nervioso central.

Las drogas no tienen nada de divertido y es la forma en que en muchas ocasiones se ofrece con frases como: -Será divertido-.-No te preocupes, no pasa nada-. -No te hará daño-. Ni es divertido y si pasa mucho, por eso debemos atender a nuestros niños adolescentes y jóvenes, la droga es un negocio y sólo ve por su beneficio económico.

No permitas que tu vida la controle alguien más, especialmente estas sustancias venenosas y personas sin escrupulos, que lo único que desean es dinero. El tiempo que alguien pasa de rodillas delante del dios de la droga, es el mismo tiempo que le está dando la espalda al Dios de la vida.