MIÉRCOLES 17. ‘Dolor y gloria’. Almodóvar, en pantalla grande. Confesión pública. “Las noches que coinciden varios tipos de dolores, creo en Dios. Cuando solo tengo un dolor, soy ateo”.
JUEVES 18. Lavatorio de los pies. “La caridad no es opcional en la vida de un cristiano”. Una sentencia que conlleva una pregunta de un calado mayor que lanza aquel que preside la celebración. “¿Para quién soy?”. Se hace el silencio. Ese que sabe a Dios. Ese que anticipa la cruz. Ese que pide siempre más.
VIERNES 19. Telemadrid conecta con el Cristo de Medinaceli. Osoro anima a los costaleros. Alguien me escribe al móvil: “Estaba a punto de cambiar de canal, pero por fin he entendido a un cura y le he escuchado”. Hablar en cristiano.
SÁBADO 20. Vigilia Pascual. No nos hemos enterado de nada. Aquellos primeros discípulos hablaron de delirios femeninos cuando aquellas mujeres les anunciaron que Jesús había resucitado. Fueron las primeras. Fueron las elegidas. Pero ahí se han quedado, en un par de versículos.
DOMINGO 21. Mi madre nunca yerra cuando echa mano de refranes. Resulta más lapidaria y certera que Doctrina de la Fe. “El rey no es malo si no es por los consejeros”. Un monarca emérito puede adolecer del mismo achaque. Aunque uno sea avezado en desactivar minas, siempre hay alguna que, por cercana y obvia, se ignora sin calibrar sus conscecuencias. Hace poco me contaron que Tarancón acostumbraba a decir a sus más allegados: “Os quiero mucho a todos, pero no me fío de ninguno de vosotros”.
LUNES 22. Debate electoral. Cuatro hombres en los atriles, aspirantes a la Moncloa. Dos mujeres pasando la mopa en el plató. No nos hemos enterado de nada.