Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

El tener y el ser


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Abundando en el tema que tratamos la semana pasada, hay que recordar las palabras de Juan Pablo II en su Encíclica ‘Sollicitudo rei socialis’ (28): “Tener objetos y bienes no perfecciona de por sí al sujeto, si no contribuye a la maduración y enriquecimiento de su ser, es decir, a la realización de la vocación humana como tal” (SRS 28).



Todas las personas debemos tener para poder realizarnos como tales, disfrutar de los suficientes bienes y servicios para poder llevar una vida digna es una condición indispensable para poder ser libre, para poder desarrollarse como persona. Por eso la economía es un componente imprescindible de nuestras vidas. El desempeño de actividades que nos permitan acceder a aquellos bienes materiales imprescindibles para la vida por parte nuestra o por parte de personas que nos quieren y nos mantienen, es una actividad que no podemos eludir y que nos permite ser más y mejor personas.

confinamiento

Ahora bien, el tener debe ser precisamente esto, un medio para el ser, una manera entre otras para lograr ser, para lograr crecer como persona, para madurar y para ser más humano. Es tan solo un instrumento, un medio que nos lleva a construirnos como personas, que nos ayuda a perfeccionarnos como tales. Tener lo suficiente es la condición suficiente para poder vivir, para construirnos a nosotros mismos.

Pero tener más por si mismo no nos hace ni más ni mejores personas, no nos perfecciona como tales. La finalidad última
del ser humano no puede ser el tener, esto es tan solo un medio para el ser. El tener tiene que estar subordinado a este, porque si no lo hacemos así corremos el peligro de poner toda nuestra persona y nuestro desarrollo al servicio del tener más cosas, y eso nos embrutece y hace que nos alejemos de nuestro centro.