Qué angustia, terror y dolor vivieron los inmigrantes que perdieron la vida en esa caja de tráiler en San Antonio, Texas. Es desgarrador tan solo pensarlo, de acuerdo a la información más reciente, fueron cincuenta y tres personas que murieron, había mujeres, niños y hombres, en su mayoría mujeres. Se les abandonó a su suerte, encerrados y con las altas temperaturas en condiciones inhumanas perecieron asfixiados, desesperados.
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Qué corazón de quienes hayan sido responsables de esta tragedia, qué falta de humanidad, de amor y de empatía. Una vez más los afectados son los necesitados, quienes intentan buscar una mejor calidad de vida, exponiéndo sus vidas y dejando al azar su suerte. Todo esto como resultado de corrupción, trata de personas y abuso de poder.
¿Cuáles fueron las causas por las que ellos deciden “contratar” a personas sin escrúpulos para poder cruzar una franja de territorio. No es difícil imaginar los sueños que motivaron y las esperanzas que nuestros hermanos inmigrantes tenían, cuántos motivos había, sueños y anhelos. Todo terminó en el trailer de la muerte, donde los abandonaron, los dejaron como objetos, cobraron su traslado, pero no cumplieron con lo pactado.
Así son las personas que se dedican a las cosas del mal, nunca respetan su palabra, los acuerdos, todo en ellos es mentira, engaño, quien se dedica al mal, no se preocupa por las consecuencias, mientras más ventaja puedan tener mejor para ellos y así lo vimos. A todos ellos les cobraron para transportarlos y llevarlos en condiciones paupérrimas.
Arriesgan la vida con todo lo que implica
No debemos quedarnos callados y como creyentes debemos denunciar y alzar la voz, porque nuestros hermanos fueron llevados con engaños, se aprovecharon de su condición de necesidad y les prometieron algo que nunca iba a suceder. Me duele el alma, tan solo de pensar el final tan trágico y los momentos de angustia previos a su muerte, nadie debe terminar así jamás; sin embargo, las cosas sucedieron de esa forma y buscar culpables no quitará el dolor.
Es ahora cuando debemos unirnos como Iglesia, hacer Iglesia y en un solo corazón exponer las causas por las que se toman decisiones tan extremas. En nuestros países latinoamericanos la corrupción es un tema latente, el beneficio de los recursos cuando se está en el poder para unos cuantos, olvidando las necesidades. La alianza con el crimen organizado y el sometimiento a sus condiciones para representar el poder, son aspectos que nos alejan de una vida de oportunidades.
Actualmente los intereses imperan sobre el bien común y es por eso que nos estamos quedando sin recursos naturales, sin crecimiento económico y sin una tierra para crecer y prosperar. El tráiler de la muerte nos recuerda que, si seguimos así, tarde o temprano tendremos que subirnos a uno de ellos para soñar con otra vida, porque será imposible vivir en las condiciones a las que nos estamos perfilando.
Hoy escribo con dolor, porque las razones de nuestros hermanos fallecidos, sin duda eran una mejor calidad de vida, la cual está siendo arrancada de nuestras comunidades. Pueblos enteros están desapareciendo, el trabajo escasea cada vez y el mal se está metiendo en nuestros hogares, por esa razón, deciden arriesgar su vida con todo lo que implica. Dios mío, dales el descanso eterno a nuestros hermanos inmigrantes del mundo y que luzca para ellos la luz perpetua, descansen en paz. Así sea.