Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

El voluntariado juvenil en nuestras parroquias


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El nueve y el diez de diciembre se ha celebrado en Valencia el Congreso Nacional de Voluntariado al que he tenido la suerte de asistir como ponente. Sabemos de la importancia del voluntariado en cualquier sociedad, no solo para quienes reciben gratuitamente el trabajo, la dedicación y el cariño de los voluntarios, sino también para quienes trabajan por los demás sin recibir remuneración alguna.



El voluntariado está en el alma de nuestras parroquias. De hecho, gran parte del voluntariado joven que existe en nuestro país está ligado a movimientos o instituciones eclesiales. La identificación de cristianismo con compromiso, con actuación para transformar nuestra sociedad, se vive en la parroquia en forma de catequistas, monitores de grupos juveniles, grupos de cantos para las eucaristías, proyectos de cooperación en países más pobres, etc.

Voluntarios, parroquias

Tal y como me señaló una vez Virgilio (el delegado de pastoral juvenil de la diócesis de Valencia) muchos de nuestros jóvenes crecen con la idea de que ser cristiano es estar comprometido en la parroquia, en alguno de sus grupos o en alguna de sus acciones. Esta circunstancia que, a priori, es positiva (creo que la mayoría de los que hemos hecho esta clase de voluntariado lo sentimos así después de los años), puede ocasionar un problema cuando se alcanza la madurez.

Porque al igual que la juventud, las posibilidades de esta clase de voluntariados se acaban y el tiempo para hacerlos se pasa. Y ahí puede llegar el problema, porque al no haber compromiso parroquial o asociativo, parece que ya no puedes ser buen cristiano, que sin esa clase de voluntariado, tu fe es débil o deja de existir.

Es como si no se pudiese ser buen cristiano sin ser voluntario. Pero ¿No es una manera de comprometerse aplicar los valores cristianos en el trabajo remunerado que tenemos? ¿O en nuestra casa con nuestras familias? ¿Acaso no necesitamos personas que no realicen voluntariados pero que vivan en clave cristiana en todos sus ámbitos?

Trabajar este salto para tener cristianos que vivan su fe en su día a día sin tener cargo de conciencia por no ser voluntarios, es un reto para la pastoral juvenil y para la Iglesia en su conjunto.