José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

En cuestión de mitras, la experiencia puede no ser un grado


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SÁBADO 4. Joan Planellas. Primado de Cataluña. Lo suyo ha sido un “ascenso” de vértigo: de cura rural teólogo a arzobispo de Tarragona. Sin pasar por diócesis de prácticas intermedia. Una práctica bergogliana que por primera vez aplica en España. Aunque su predecesor, Jaume Pujol, dio el mismo salto. Y al parecer, no va a ser el último. Un hecho que ha inquietado a quienes ya tenían abonada su sucesión. Alguien me comenta que estos saltos pueden resultar peligrosos por la falta de experiencia. Lamentablemente, en cuestión de mitras, la experiencia puede no ser un grado, sino una temeridad.

DOMINGO 5. La parroquia está llena de jubilados y migrantes. Los únicos que no se han podido regalar un puente de pueblo o playa. Pero quien está en el ambón no se ha enterado. Porque su homilía se centra en abordar las contradicciones que genera regresar de los días de asueto y volver al trabajo. Una reflexión interesante para los católicos de doble vida y doble rasero. Pero este no es el público. Ni los ha mirado.

MARTES 7. La Iglesia no se cansará de entonar el mea culpa por los abusos. Ni puede ni debe. Pero una cosa es que sea consciente de que toca una limpieza a fondo, y otra muy distinta que se la señale como el único foco de pederastia social. Lo ha hecho el Defensor del Pueblo catalán. Crea una comisión de abusos en la Iglesia. Sin más. El resto de víctimas, sin amparo. Y los demás abusadores, campando a sus anchas. El cardenal Omella, perplejo. No es para menos.

MIÉRCOLES 8. A Müller le llegó la jubilación de Doctrina de la Fe. Fin de contrato. Ni se le buscó destino. Ni se dejó querer. Libre para campar a sus anchas. Amparado en la libertad de cátedra, la corrección fraterna y la pluralidad eclesial. En su derecho está. Como quienes le organizan giras de primavera que saben a otoño. Ellos sabrán. Muy eclesial. En comunión. Con quien place. No es comunión.