Redactor de Vida Nueva Digital y de la revista Vida Nueva

¿Es necesario un altar de 5 millones de euros para una JMJ?


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El contrato

El pasado 24 de enero, un portal de información portugués filtraba los datos del contrato para la construcción del escenario en el que se desarrollarán los actos de clausura de la próxima Jornada Mundial de la Juventud. En concreto, el altar de la vigilia y la misa de clausura, que estará situado en el Parque Tejo, a las afueras de Lisboa y que cuenta como fondo con el imponente puente Vasco de Gama sobre la bahía del Tajo, costará 4,24 millones de euros –a los que hay que sumar el IVA–.



La adjudicataria de esta estructura efímera ha sido la empresa lusa Mota Engil, que ha sido seleccionada por el Ayuntamiento de Lisboa. Además, la agencia Efe, recogía las informaciones de diferentes medios locales de que el municipio ha aprobado préstamos de 15,3 millones de euros para financiar inversiones de la ciudad relacionadas con las JMJ. Por su parte, el gobierno invertirá 36,5 millones y la ciudad otros 35 millones para financiar el evento previsto inicialmente para 2022.

En los planes locales está potenciar este parque que va a acoger al papa Francisco y que será el espaldarazo definitivo para acabar con los restos de un antiguo vertedero y consolidar una renovada zona que una Lisboa –es parque está como a unos 10 km. del centro de la capital– y la vecina población de Loures.

Parque Tejo Lisboa

Las reacciones

La publicación del contrato para el altar ha levantado ampollas en diferentes sectores de todo el espectro ideológico y social. Esta polémica ha supuesto que conozcamos que el presupuesto global de este acontecimiento, por parte del patriarcado de Lisboa sea de más de 80 millones de euros. La ciudad está encargada de construir las cuatro grandes estructuras que se repartirán por el territorio y en ese invertirá su aportación económica en la que se ha seguido la decisión de la Fundación JMJ que ha elegido, según has declarado desde el ayuntamiento, la propuesta más barata –de siete propuestas– para el escenario sobre el que estarán unas 2.000 personas entre obispos, coro, músicos, invitados o intérpretes de lengua de signos. Un palco de 5.000 metros cuadrados que tiene que ser visible para la mayoría de los peregrinos congregados en el parque –cuyo número definitivo es de conocer en estos momentos–, por lo que estará situado a nueve metros de altura y contará con tres plataformas con dos ascensores internos.

Más allá de estos detalles concretos del escenario en concreto, el ayuntamiento ha hecho más cálculos. Y es que esperan de los relacionado con las infraestructuras no todo es efímero ya que “19 millones se quedan en la ciudad”, según Filipe Anacoreta Correia, vicepresidente de la Cámara Municipal de Lisboa, el ayuntamiento. Además, ha apuntado que habría ya posibles eventos futuros que se desarrollarían en ese mismo espacio. Un lugar en el que acabar con el vertedero ha costado 7,1 millones, a los que hay que sumar dos millones más de cimentaciones y proyectos. Además de la dotación de servicios o la construcción de una pasarela peatonal que supondrán más de 7 millones más.

Más allá de esto, en los próximos días se irán conociendo detalles de los otros espacios multitudinarios donde el ayuntamiento correrá con los gastos de iluminación, sonido, pantallas gigantes, aseos, plateas, generadores, señalización, seguridad, limpieza y recogida de residuos. Por su parte, el Gobierno se encarga de la zona de la reconciliación y de la Feria Vocacional. Por su parte, desde la Iglesia han mostrado la sorpresa que supuso enterarse de lo que cuesta un escenario con todas las exigencias de este acontecimiento. Ante esto solo queda la comparación con la JMJ de Cracovia, la de 2016 por considerarse la más baratas de las jornadas más recientes, donde el gasto total fue de unos 46 millones de euros –frente a los 57 de Rio 2013–. Ahora bien, el ayuntamiento es optimista y espera un retorno económico de “200 a 300 millones de euros”.

Los obispos

El presidente de la Fundación Lisboa 2023 para la JMJ, el obispo auxiliar de Lisboa Américo Aguiar, no ha podido librarse de la polémica. Tras salir a la luz estos datos, ha prometido que tratarán de “sincronizarse mejor” con las diferentes autoridades. Es más, aseguró que “todos los procesos que tenemos en marcha, a partir de esta semana, van a ser acogidos y manejados de manera diferente, por nuestra parte, para evitar que ocurra lo que ocurrió”, en declaraciones recogidas por la agencia lusa Ecclesia.

“Nunca habíamos organizado un acontecimiento de esta dimensión, es la primera vez que lo organizamos, todos, y estamos aprendiendo, cada día”, señalaba Aguiar compartiendo parte de indignación al haberse hecho público el precio del escenario del Parque Tejo. Para ello ha establecido el criterio de que “lo que es esencial, tenemos que hacerlo. Lo que no es esencial, debemos corregirlo”. Y es que señaló que la parte final de la adjudicación en sí no estuvo supervisada por la Fundación JMJ Lisboa 2023 por eso se ha sorprendido del precio final y ha dicho que incluso “duele”. A todo esto, en el aire está un dato clave para valorar el impacto económico y los presupuestos que se manejan: el número de peregrinos. Parece que febrero será un mes claves y esta publicación puede alentar alguna que otra objeción de conciencia.