El aplauso
En este domingo 21 de mayo en el que se celebró la Ascensión del Señor –fiesta trasladada del pasado jueves– desde el Vaticano II se organiza la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, una iniciativa que ya ha llegado a su número 57. El papa Francisco entre los saludos del Regina Caeli pedía “un aplauso a todos los periodistas”.
- PODCAST: Francisco-Zelenski: cumbre para una paz difusa
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Francisco recordaba el lema elegido para esta edición, “Hablar con el corazón”. Y señalaba que “es el corazón el que nos mueve a una comunicación abierta y acogedora”. “Saludo a los periodistas y a los trabajadores de la comunicación aquí presentes, les doy las gracias por su trabajo y deseo que estén siempre al servicio de la verdad y del bien común”, añadía el Papa antes de anuncias la Semana Laudato Si’.
El subtítulo
En efecto, el lema de este año es “Hablar con el corazón”, al que se le añadió un subtítulo bíblico: “en la verdad y en el amor” (Ef 4,15). En su mensaje –publicado como es tradicional el 24 de enero con motivo de la fiesta de san Francisco de Sales, patrono de los periodistas católicos– señalaba el tema como complemento al de los años anteriores a partir de los verbos “ir, ver” y “escuchar” como condiciones para una buena comunicación.
Francisco sitúa el mensaje de este año dentro del proceso sinodal y de la llamada a la paz. Para ello destaca el valor del encuentro que deriva de una comunicación cuando esta se hace desde el corazón. Yendo al otro elemento del subtítulo, la verdad, encontramos poco en el conjunto del mensaje. “No debemos tener miedo a proclamar la verdad, aunque a veces sea incómoda, sino a hacerlo sin caridad, sin corazón”, escribe el Papa en la introducción. Y es que Francisco no ofrece una reflexión filosófica o teológica sobre la verdad, sino que la vincula a la propia existencia. “Un corazón que, con su latido, revela la verdad de nuestro ser, y que por eso hay que escucharlo. Esto lleva a quien escucha a sintonizarse en la misma longitud de onda, hasta el punto de que se llega a sentir en el propio corazón el latido del otro”, escribe a continuación.
Los obispos
Como es habitual, los obispos españoles de la Comisión Episcopal para las comunicaciones sociales también ofrecen su lectura personal de la jornada con un mensaje que han titulado “En tiempos de soledad, la comunicación une corazones” comentando las palabras corazón, verdad y amor. Más allá de lo que se ha comentado aquí en una de las “Notas el pie” sobre la telebasura, los nueve prelados de la comisión, reflexionan al mismo tiempo sobre comunicación en ocasiones intrapersonal y en ocasiones de masas.
Con la denuncia de estos “tiempos de desvinculación, de individualismos, de soledad” se hace una propuesta para la que la comunicación genere “vínculos con el otro, con la realidad y con la verdad”. Pero, como día Pilato, ¿qué es la verdad? “Sólo la comunicación de la verdad permite avanzar la sociedad y es realmente comunicación”, afirman los obispos como principio frente a las ‘fake news’ y la desinformación. “El relato no puede construir la verdad, sino mostrarla para que sea reconocida”, señalan apuntando a los discursos que pueblan las redes sociales.
Ante este panorama, los obispos reclaman un “formación en comunicación desde la etapa escolar, para impedir que ese ambiente digital se generen incomprensiones, descalificaciones, calumnias, insultos o violencia”. Una formación en la que la persona sea consciente de la necesidad de “decir la verdad con claridad y con caridad, aunque sea incómoda para quien la dice o quien la recibe. Decir la verdad es una expresión de amor”, ratifican.
El mensaje se centra después en los desafíos de la Inteligencia artificial. Pero, ¿es la comunicación profesional que se hace en estos tiempos la más carente de verdad? La historia del periodismo está llena de páginas en las que los medios de comunicación han estado al servicio de causas políticas o económicas. Un vistazo a la propia prensa internacional de la Guerra fría nos muestra cómo el periodismo no era sino un ejercicio de activismo político. Quizá la diferencia es que hoy en día, que la elección de fuentes y canales de información es más plural que nunca, los consumidores nos hemos acostumbrado a elegir desde el sentimiento y no desde la honestidad de los comunicadores. Es interesante constatar que la fuerza del lector para hacer que una comunicación con corazón y en verdad sea la tónica.