Jesús Manuel Ramos
Coordinador de la Dimensión Familia de la Conferencia Episcopal Mexicana

Es tiempo


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Un famoso poema de Renato Leduc, posteriormente hecho canción, habla sobre la “sabia virtud de conocer el tiempo”, y un consejo tradicional mexicano reza: “Del tiempo desperdiciado y de las palabras ociosas se ha de dar cuenta a Dios”.



Las condiciones que actualmente prevalecen en nuestra comunidad me hacen reflexionar sobre el tiempo como uno de los más valiosos recursos que tenemos y que muy poco aprovechamos. Y es que nuestro tiempo es limitado. Nuestras expectativas de vida no rebasan los 80 años en promedio y ante una pandemia como la que vivimos, de repente nos asalta la idea de que nuestro tiempo se puede estar agotando velozmente. En México utilizamos para esta realidad la frase “no tenemos la vida comprada”, manifestando la fragilidad de nuestra existencia y lo valioso del tiempo con que contamos.

Es triste observar cuántos planes en este momento ya no encontrarán su cauce, pero es más doloroso cuando dichos planes no se han cumplido simplemente por no reservar el tiempo necesario para realizarlos, por postergar la acción sin razones de peso, o bien, por darle más tiempo a cosas que no tenían tanto valor. Eclesiastés (Qohelet) 3, inicia con una frase muy desafiante: Hay bajo el sol un momento para todo, y un tiempo para hacer cada cosa”.  

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Foto: Freepik

A pesar de toda esta sabiduría popular e incluso frases que podemos encontrar en la palabra de Dios, no es mi intención reclamarte por lo que has hecho en tu tiempo, sino llamar tu atención respecto a lo que aún puedes hacer.

La situación de contingencia que prevalece ha llevado a la mayoría de familias a vivir un inusitado tiempo de convivencia, como probablemente jamás lo habíamos tenido. Muchas personas están experimentando el desconcierto de tener mucho tiempo disponible y, en el mejor de los casos, se preguntan cómo obtener provecho de ello. Y es aquí donde la crisis que se vive, abre oportunidades que quizá antes no se tenían: empiezan a circular propuestas para hacer ejercicio en tu casa o para estudiar alguna materia o tema en línea; nos enteramos de bibliotecas que ofrecen sus contenidos de manera gratuita a través de internet, las redes sociales nos permiten conversar con quienes teníamos mucho tiempo de no hacerlo, se comparten recetas de cocina y manualidades para hacer en casa. Pero, sobre todo, se abre una gran oportunidad para establecer un diálogo profundo, sincero y enriquecedor al interior de la familia.

¿De qué es tiempo? De lo que tú quieras, pero hazlo ya. No esperes a que pase más tiempo, pues este recurso se agota rápidamente y necesitamos aprovecharlo lo mejor posible. Deja a un lado los temores y los pretextos, y no pierdas la oportunidad para construir tus nuevas habilidades y talentos. Aprovecha para expresar tu amor, para otorgar el perdón, o incluso para pedir disculpas a quien has herido. El tiempo es hoy y no habrá otro, hazlo tuyo.