En el camino espiritual importa quién es tu maestro, quiénes son tus compañeros, pero sobre todo quien eres tú. Nuestra persona y esencia son muy importantes para dar los pasos que nos van a llevar por ese sendero llamado Evangelio. Vamos avanzando lentamente, con tropiezos, buscando dar los pasos que nos lleven a vivir en el amor de Dios y en ese sendero podremos confundir el camino, hacernos a un lado, tener pausas que nos permitan reflexionar acerca de lo vivido.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- PODCAST: Más procesos para el primer anuncio
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Así es el camino espiritual, avanzar y vivir el proceso, caerse en el intento y volverse a levantar, no hay nada más gratificante que eso. Aceptar nuestros errores y miserias, ponernos de pie en cualquier momento, con la mirada puesta en Jesucristo, nuestra roca, fuerza y corazón. Avanzar en el camino espiritual no es sencillo, cuesta trabajo y en ocasiones, debemos ir contra la corriente.
Nos sentiremos solos, abandonados y sin fuerzas, pero eso no debe detenernos. Seguir adelante es parte del proceso, de la vivencia y el único objetivo es tallarnos, forjarnos, amasarnos por el más grande artesano, el único que conoce todo de nosotros. Terminaremos como la pieza más hermosa, ni nosotros mismos lo hubiéramos soñado, nos convertiremos en aquello que jamás pensamos ser.
Así es el camino espiritual, con señales marcadas con gran precisión, algunos maestros nos acompañarán y donde las decisiones siempre serán personales, es una travesía íntima. La oración y el silencio se convertirán en los mejores acompañantes del trayecto.
La verdadera riqueza en la intimidad con Dios
En el camino espiritual no hay ninguna meta, es el proceso que nos llevará a descubrir mucho más acerca del amor, la relación con nuestros hermanos y la enseñanza de vida que nos permitirá conocer un poco más del mensaje, ese que cambia vidas, que nos sacude y que nos da la inspiración para seguir adelante.
“No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. Y, si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté. Ustedes ya conocen el camino para ir adonde yo voy”. Juan 14, 1-4
Se trata de mantener un compromiso constante con la búsqueda del Reino de Jesucristo en nuestras vidas. Asumir el camino espiritual es muy valioso ya que nos recuerda, que la verdadera riqueza se encuentra en la intimidad con Dios, de esta manera nos acercamos cada vez más al corazón de Dios y experimentamos la plenitud de su amor y gracia.
Así que, peregrinemos, sin detenernos, sin vacilar, estamos en el sendero correcto. Actualmente los caminos de Dios no parecen fáciles de descubrir ni de aceptar, por ello es muy importante buscar el acompañamiento espiritual, para que nos permita discernir acerca de la voluntad de Dios en nuestro tiempo y como lo mencioné al principio: Caminemos sin olvidarnos de nuestra propia persona.