Rafael Salomón
Comunicador católico

Exigencias radicales


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Escribí el siguiente texto como respuesta a lo que estamos viviendo como sociedad, las noticias cada vez son más alarmantes y es que la moral, la falta de Dios en la vida de las personas y la poca o nula empatía por los seres humanos ante el sufrimiento y el dolor dan como resultado una realidad, la cual nos aleja de los principios necesarios para vivir el verdadero amor y compartirlo con nuestros semejantes.



Es necesario hablar de la radicalidad de nuestras creencias y es que si bien es cierto, la palabra radical llega a asustarnos y parecernos sospechosa, creemos que una persona radical es un extremista, lo contrario a equilibrado, pero en estos tiempos donde todo es tan ‘relativo’ y donde el compromiso se diluye por intereses personales, es tiempo de enfrentar con valentía las enseñanzas de nuestra religión.

‘Sin medias tintas’ es sí o es no, sin cabida a interpretaciones. Así es nuestra Iglesia católica y entiendo que para algunas conciencias y maneras de pensar esto no es aceptable. Nuestras bases, enseñanzas y tradiciones han permanecido inamovibles desde sus inicios, claro que se han modificado algunas cosas, pero en general podemos decir que seguimos teniendo la misma identidad desde sus orígenes.

Iglesia: madre y maestra

Aspectos que sin duda para las nuevas generaciones resulta difícil de comprender y en ocasiones hasta les genera incomodidad por la falta de ‘flexibilidad’ relacionado con algunos temas; sin embargo, nuestra Iglesia es madre y maestra y ha permanecido así durante muchos siglos, de manera que eso deberíamos valorarlo, por su pertenencia entre nosotros.

Seguir a Jesucristo implica vivir una entrega total, de una forma radical, lejos de la sensatez y prudencia, aspectos que en el tiempo de Jesús fueron severamente señalados y rechazados por él mismo, un seguidor de Cristo no puede permanecer en la esfera de la pasividad.

Sacerdote de espaldas

Sacerdote de espaldas. Foto: Unsplash

Encontramos en Apocalipsis 3, 15-17. “Yo sé todo lo que haces. Sé que no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero como eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.

“Jesús fue alguien radical”

De manera que, si esta sociedad sigue comportándose de la misma forma, entonces seguiremos por el camino de la tibieza y eso no es agradable a Dios. Sin duda Jesús fue alguien radical porque cambió la forma de relacionarnos con Nuestro Padre Celestial, invitó a una verdadera conversión en aspectos religiosos y propuso el Evangelio como el único camino para alcanzar la salvación de nuestras almas.

Debido a su radicalidad fue perseguido por la clase política, por los sacerdotes y personas que no creyeron en su enseñanza incluidos algunos de sus discípulos, también sus parientes le dieron la espalda.

Cuando sus parientes oyeron esto, fueron para hacerse cargo de Él, porque decían: Está fuera de sí”. Marcos 3, 21.

Hoy en día Jesús y sus acciones son radicales para nuestros tiempos, de manera que nuestra Iglesia al estar sustentada en sus enseñanzas son percibidas como exigencias radicales. Debemos ser sal para dar sabor a otros y luz para iluminar al mundo. Recordemos que la radicalidad de Jesucristo le costó la vida.