JUEVES
Por la mañana. Rueda de prensa de los Premios SM El Barco de Vapor y Gran Angular. Sobre la mesa, la dificultad para que los jóvenes y no tan jóvenes cambien la pantalla por un libro. Pistas del escritor Pedro Caldas: “Las redes sociales nos están metiendo en la dinámica de impactarnos en solo cinco segundos. Un libro educa a compensar ese ritmo”.
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Tarde en la presentación del libro de Ana Isabel Jiménez: El ‘Ya de Toledo’. Centro Cultural San Marcos. Aforo completo. Lo justifica el ‘Ya’. Lo merece Ana. En aquella delegación provincial del periódico eclesial, aprendió a ser una periodista comprometida con la verdad, no con pseudoverdades acomodaticias, militantes o de sacristía. Una libertad que le acompaña siempre: lo mismo para redactar un breve sobre cómo el pan sube cinco céntimos, que para comprobar lo caro que se paga en propia piel ese ejercicio de comunicación responsable y profesional.
VIERNES
En su momento me dijeron que aquello estaba creciendo de forma anárquica, sobre la marcha. Ahora confirmo que cuentan con seminaristas propios y con un grupo de consagradas en ciernes. Para ser espontáneo, hay una estrategia estructural digna de una multinacional. Y eso no se improvisa.
LUNES
Dicen que hay un obispo que quiere presentar su renuncia para que no le renuncien. A saber. Cumple los 75 años y se huele que la Santa Sede podría relevarle más pronto que tarde por su expediente. Para evitarse el bochorno, estaría preparando la carta para solicitar la jubilación inmediata y justificar su mutis por el foro, no porque Roma lo imponga.
MARTES
‘Lectio final’ de Fernando Rivas en la Facultad de Teología de Comillas. Me equivoco de sede. Y solo llego a la cafetería para provocarle. “¿Ahora tienes tiempo para ser obispo?”. Él bromea: “Toda mi vida me he afanado para hacer méritos que me impidieran serlo, y lo he logrado”. Más libre que nunca.
