La serie francesa ‘La fiebre’ explica cómo ciertos grupúsculos producen polarización para obtener el poder y señala las vías para evitarlo. Estrenada en la primavera de 2024, tiene forma de duelo entre tres mujeres que representan posiciones muy distintas. La primera utiliza la pureza racial aria, la segunda explica toda la sociedad desde el conflicto de raza y de clase, y la tercera busca curar la fiebre que conduce a una guerra civil.
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Esta serie de Movistar+ ha sido creada por Éric Benzekri tras su sufrida experiencia dentro de la política polarizante. El espectador aprende con qué mecanismos concretos se manipula la realidad para lograr el poder. Por otra parte, descubre que hay alternativas que pasan por evitar el dominio de lo divisorio y poner en el centro la fraternidad como fuente de quiénes somos.
Racismo y nacionalismo
Hay una masa social que siente abandono y miedo porque dos generaciones han estructurado el sentido de la vida colectiva con la ideología de la identidad, construida con racismo y nacionalismo. También se han agarrado a una concepción de la religión muy ideologizada. Cuando la Iglesia se asocia al nacionalismo, siempre acaba instrumentalizada y fagocitada, y no puede ayudar a que el horizonte práctico sea la santidad. La verdadera religiosidad es capaz de hacernos vivir pacíficamente en el Misterio, concilia el amor a la patria con el bien mayor de la fraternidad universal, inspira esperanza y confianza, invita al amor al desconocido, celebra la hospitalidad y convivencia, hace dialogar a las identidades uniéndolas en sus raíces más profundas.
La polarización se produce porque no somos suficientemente religiosos, porque no abrazamos el Misterio y no nos encontramos corazón a corazón con el otro, sino que se toma el atajo de la ideologización y el poder, y eso provoca fiebre, arrogancia y división en París, Texas o Asturias.
