JUEVES 4. Coincido con Victoria Braquehais. Misionera de la Pureza de María. En Congo. Voz de los que pasan hambre. Con Manos Unidas. “Se puede acabar con el hambre. Si hemos llegado hasta la luna…”. Falta voluntad. De los que tienen el mando. Pero Laudato si’ no está escrita solo para multinacionales y gobiernos. También para mí, que no reciclo, que consumo sin justicia y desperdicio. Va a ser que el mando es mío, que aquí también decido a qué canal cambio. [EN VIVO: Manos Unidas: así se siembra la lucha contra el hambre]
VIERNES 5. Presentación de las memorias de Fernando Sebastián. “Siempre ha tenido pocos pelos en la lengua, ya no le queda ninguno”. Esa franqueza ahora se aplaude. Porque la herida ha hecho callo. Pero ir de avanzadilla conlleva peaje. Tanto como un silencio emérito. Hasta que un tal Francisco le rescata con un cardenalato. Ni lo esperaba ni lo buscaba desde su retiro malagueño. “Aunque estés jubilado, no te vamos a dejar descansar”, admite Blázquez. [PLIEGO: Adelanto editorial de ‘Memorias con esperanza’]
SÁBADO 6. Foro de la Vida Consagrada en Getafe. La palabra profecía como mantra. Inquietud innata de hombres y mujeres que no quieren acomodarse ni quedarse atrapados por las obras. Interpelados por dar un paso más. Reivindicando canas que no restan fuerza. Así lo ve don Joaquín: “Lo vuestro es una locura para el mundo, una locura que salva, la locura de Cristo”. [A FONDO: “La Vida Consagrada todavía tiene capacidad para contagiar alegría”]
DOMINGO 7. Poco antes de la bendición, desde el ambón se informa del balance anual de la parroquia. No salen las cuentas. Un par de subidas de tensión han quemado los aparatos eléctricos. El cambio a luces led ha sido mayor de los previsto. No hay derroche. Simplemente no se llega a fin de mes. Como en tantas casas. Iglesia pobre que, como revela ese mismo informe, también es generosa. No hay recortes para Cáritas o misiones.
MARTES 9. Otra que no se calla. Otra castigada. Irreverente. Políticamente incorrecta. Lo ha pagado con contratos rescindidos por no pasar por el aro. Lo paga sin homenajes. Me presentan a Nati Mistral. 87 años. “Me puedo mirar al espejo cada mañana sin darme asco”. Por decir lo que siente y piensa. Sin sentirse deudora. Por ser libre. Única. Artista. ¿Lo soy?¿Tan libre? En ese momento, comienza a declamar. Entierro la cuestión para después. La Mistral crea un silencio orante. “Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!”. Amado Nervo.
jose.beltran@ppc-editorial.com
En el nº 2.976 de Vida Nueva
