José Francisco Gómez Hinojosa, vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)
Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey (México)

Francisco y Biden


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Cuando llegué a Roma, en el verano de 1982, todavía resonaban los ecos del encuentro entre Ronald Reagan y Juan Pablo II en junio de ese año. La reunión pretendía cristalizar la alianza entre el Presidente de los Estados Unidos de América (EUA) y el Soberano del Estado Vaticano para fortalecer al sindicato Solidarnosc, en Polonia, e intentar -cosa que después sucedió- derrotar a los regímenes comunistas.



El pacto religioso-político, que colocaba al comunismo como enemigo del capitalismo y del cristianismo al mismo tiempo, fue saludado por los críticos de Moscú. Pero también fue cuestionado por las corrientes antinorteamericanas que pululaban en el mundo entero. En cualquier caso, la intervención del Pontífice polaco fue calificada de parcial, pues favorecía a los intereses de EUA.

Vacunas

Parece que asistimos hoy a un nuevo acuerdo entre Washington y el Vaticano. Fuentes cercanas a la Basílica de San Pedro sostienen que el mandatario norteamericano consultó, vía telefónica, con el Papa actual su intención de solicitar la liberación temporal de las patentes que tienen las vacunas contra el coronavirus. Resulta curioso que mientras obispos ultraconservadores de su país quieren negarle la comunión por su apoyo a la despenalización del aborto, Biden se acerque a Francisco en busca de un proyecto conjunto. Sobra decir que esto jamás lo hubiera intentado Trump.

La iniciativa de Biden se asocia con el deseo de Francisco que pugna por la solidaridad universal en el tema de las vacunas. Es sabido que mientras en los EUA tienen que regalar cerveza y marihuana para convencer a la gente para que la reciba, en los países pobres ella no llega en las cantidades requeridas.

Papa y Biden

Líderes de Estado y economistas ortodoxos se oponen a la liberación -que sería temporal, no se asusten- de las patentes. Los protocolos para la producción de las vacunas, argumentan, son muy sofisticados, y no cualquiera los puede seguir. Además, tal medida desalentaría a la inversión, es decir afectaría las ganancias de los grandes laboratorios y ellos son negocios, no damas de la caridad.

Más allá de estas cuestiones técnicas, lo cierto es que el pretendido diálogo entre Biden y Francisco debe ser saludado pues, a diferencia de las componendas entre Reagan y Juan Pablo II, lo que ahora se pretende es llevar la salud a todo el mundo, especialmente a los países más pobres.

Pro-vocación. Pues se llegó la fecha. Entre hoy y mañana se llevarán a cabo, en unas 100 parroquias alemanas –incluida la Catedral de Essen–, bendiciones a parejas homosexuales que tengan ya una sólida vinculación amorosa. Ni la Conferencia Episcopal Alemana, ni el Vaticano se han pronunciado de manera oficial sobre el evento. En redes sociales, en cambio, las reacciones van desde alertar sobre el surgimiento de un cisma que separaría de Roma a la Iglesia alemana, hasta aplaudir a clérigos que no discriminan a las personas homosexuales. Veremos.