Hacérselo mirar

Ahora que el PSOE es carne de diván colectivo, debería aprovechar la coyuntura para hacerse mirar algunas fijaciones y dar un salto hacia la modernidad en la comprensión del papel de la religión en la esfera pública.

Es curioso que un año después de que el país viva “en funciones”, los socialistas hayan presentado una propuesta no de ley en el Congreso para que la Religión deje de ser evaluable. El paro sigue ahí, la pobreza mantiene los dientes apretados, hay niños que aún necesitan alimentación adicional en los colegios y la sanidad necesitará años hasta recuperar su color, por citar cuestiones que afectan al grueso de la ciudadanía.

Y no es que no sea lícito un debate sobre el papel de la Religión en la escuela, pero si se quiere hacer en serio, dando oportunidad a todas las partes (también a los padres), tal vez debería dejarse para mejor ocasión, cuando haya más tiempo del que se le presupone a esta nueva legislatura casi perdida.

Es verdad que esos graves problemas sociales necesitan de un consenso que no hay y de un tiempo que se está malgastando. Pero puestos a aparentar que hacen cosas en estas semanas de tan poca productividad parlamentaria, podían empezar los diputados por cambiar cuestiones que les afectan a ellos y en las que sí está de acuerdo la inmensa mayoría, con o sin hijos matriculados en Religión: el tema de sus privilegios.

Dado que el “no es no” puede ser el “bueno, venga, vale”, el PSOE podría urgir al PP para acabar con el aforamiento de los diputados y evitar el espectáculo de estos días de casi no diferenciar los banquillos de la Audiencia Nacional de la bancada del Senado. Y, de paso, votar una proposición no sé si de ley, pero sí decente, para que los diputados renunciaran a las indemnizaciones cuando dejan de serlo. Que este año “en funciones” están suponiendo una pasta. Y destinarlo a los comedores escolares, por ejemplo.

Publicado en el número 3.007 de Vida Nueva. Ver sumario