José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

He decidido conducir en dirección contraria


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MIÉRCOLES 20. Visita a padres primerizos. La niña tiene dos meses. Y gases. Les han dicho que se armen de paciencia. Su madre me dice con buen humor la receta que ofrece una web al respecto: “Si ante el llanto permanente del bebé le nacen deseos de autolesionarse, consulte con su especialista”. Carcajada. Pero detrás se esconde la cuesta arriba de la crianza. Y lo poco que llegamos a escucharnos y hacernos escuchar por el otro ante las dificultades. Hasta autolesionarnos.

SÁBADO 23. Los jornaleros. Uno entra tanto en la parábola que se aleja de los que trabajan la tierra cada día. De los temporeros mal pagados. Da igual cuándo empiecen la jornada. Rezo.

DOMINGO 24. Proyectamos. Intentamos abarcar. Todo y más. El que escribe, el primero. Pero alguien me para los pies. Gracias. “No sé si tenemos amplitud de miras o falta de criterio”. Y me quedo mirando como el que se queda embobado frente a una pecera sin saber muy bien si ha recibido una bofetada con cariño de lo más alto. Pero bofetada en cualquier caso.

LUNES 25. He decidido conducir en dirección contraria. Me rebelo. Porque sí. Me he levantado british, y como soy incapaz de cambiar el volante de lugar, hago lo propio con la carretera. Lo decido yo. Porque lo siento y lo necesito. Me siento fuerte. Autónomo. Independiente. Libre. Voy a cumplir mi sueño, el de todo adolescente. Y el de quien peina canas y está harto de llevar una familia a cuestas que le sangra la cartilla. Hacer lo que me da la real gana. Tengo derecho. Y aquello de que mi libertad termina cuando empieza la del otro, para mañana. Que nadie me lo impida, que no respondo. Así lo siento, así lo expreso. Me voy a echar a la calle con todas las consecuencias. Y con todas las de la ley, que ya me la he adaptado yo a mi medida. Arranco. Aquello va de fábula. Hago rugir el coche, que ni Fernando Alonso cuando acumulaba poles. Estoy en el garaje. Subo la rampa. Valiente. No hay quien me pare. Literalmente. Se abre la cancela. La luz de la realidad. Ni tan siquiera me atrevo a hacer el más mínimo giro para cumplir mi proyecto. Por mí y por los que no piensan como yo. Seny.

MIÉRCOLES 27. De dubia y herejías. Si quiero debatir tus postulados, lo hago. Pido cita. Me hago el encontradizo. Busco intermediario. Carta, correo electrónico, WhatsApp, SMS… Suma y sigue. De lo contrario, te espero en mi muro de Facebook. Muy fraterno, sí.

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