José Luis Pinilla
Migraciones. Fundación San Juan del Castillo. Grupos Loyola

Helena Maleno: ¿quién defenderá a quienes defienden los Derechos Humanos?


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Tiene dos móviles que no paran de sonar. Son sus “armas”, le dijo Helena Maleno a un periodista. Adama, un chico que acababa de ser deportado al desierto en la frontera con Argelia le llamó durante la entrevista y le pidió: “Háblame para que no me muera”.



“¿Cómo se sobrevive a mensajes como estos?”, preguntaba el periodista. ¿Quién defiende a los que defienden los derechos humanos?, pregunto yo.

La activista Helena Maleno

“Soy Helena Maleno, defensora de los Derechos Humanos, y quiero denunciar que mi vida y la de mi familia están en peligro. Exijo a los gobiernos de España y Marruecos que me protejan”, declaró en Twitter. Marruecos, el país donde construyó su vida en defensa de los migrantes a lo largo de los últimos 20 años, la había deportado. Por unos hechos que sucedieron en enero y que provocaron que a su exigencia se haya unido mucha gente de Iglesia: la Red Migrantes con Derechos, la Mesa por la hospitalidad de Madrid, el SJM, Pueblos Unidos, etc. ¿No debemos seguir exigiéndolo?

Una vida en muchas vidas

Helena Maleno Garzón, una vida en muchas vidas, escribió un libro –‘Mujer de frontera. Defender el derecho a la vida no es un delito’– que he releído ahora y en el que brota a borbotones su inquieta lucha y su resistencia compartidas con las comunidades migrantes.

Ella, icono contra la criminalización de la ayuda humanitaria, en su larga actividad se ha dedicado a:

Investigar la situación de los Derechos Humanos de las personas migrantes en la frontera Sur: vulneraciones por parte de las autoridades, ayuda en caso de agresiones y violencia, denegación de acceso al asilo, protección de menores y víctimas de trata, ayuda humanitaria, etc.

Documentar casos de violencia contra las personas migrantes en Ceuta, Melilla, etc., denunciando las “devoluciones en caliente” o la “externalización de fronteras”.

Proteger el derecho a la Vida: alertando a los servicios de salvamento y rescate de los países correspondientes tras recibir llamadas de auxilio desde el mar.

Identificar los cuerpos de quienes naufragan, informar a las familias y apoyarles en sus reivindicaciones, además de conseguir un enterramiento digno.

Detectar y ayudar a las víctimas de trata, especialmente mujeres y menores, apoyándoles en procesos jurídicos y promoviendo su salida de las redes de explotación.

Informar diariamente en redes sociales (con miles de seguidores) para apoyar los procesos de las comunidades migrantes y para incidir en las políticas migratorias en las que prima la “seguridad del territorio” sobre los Derechos Humanos, etc.

Nombre y rostros a los naufragios

¿Se pueden criminalizar estas actuaciones? Mientras pensamos la respuesta, recuerdo ahora cuando narraba cómo hizo su primera alerta en 2007 a una torre de control sobre una patera. Desde entonces, se conoce todas las voces de los trabajadores que intentan salvaguardar el derecho a la vida en el mar. Son casi como de la familia. Y ha puesto nombre y rostros a muchos naufragios: los gemelos de Sisco, la pequeña Jenny, el niño Samuel, todos ahogados y algunos tragados por el mar. Así hasta miles y miles ya asociados a su vida.

Helena, la de Troya, es un personaje de la mitología griega cuyo nombre tiene el significado de “tea” o “antorcha”. Mientras que Maleno es la forma abreviada del nombre de bautismo Magdaleno, derivado del griego ‘mygdalon’, que significa “cosa elevada o magnífica”. Los dos orígenes me valen para destacar su obra. Y defenderla.

La Voz de arriba preguntó al inicio: “¿Dónde está tu hermano?”, y adelantó más tarde su respuesta: “Cada vez que lo hicisteis con un hermano mío de los más humildes, lo hicisteis conmigo” (Mt 25, 40). Para la primera, nos ha maleado el “virus cainita”: “No sé. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”. Para la segunda, el individualismo feroz les cerró el corazón. Helena, antorcha magnifica, nos ayuda a abrir el nuestro.

Al hilo de la invitación orante del mes de abril del papa Francisco, para defender los derechos humanos fundamentales con “coraje y determinación”, pregunto: ¿quién defenderá a quienes defienden los Derechos Humanos?