La conocida película de Roberto Benigni cuenta cómo un padre extravagante (Guido), mediante una fábula, convence a su pequeño hijo de que la terrible situación de la Segunda Guerra Mundial que están padeciendo, es tan solo un juego. Esta narración cinematográfica mezcla magistralmente la ternura, la sonrisa y la tragedia con el fin de hacer llegar también al espectador un mensaje vital: lo que sucede no es coherente, no es perfecto, pero a pesar de todo lo espantoso del momento: ‘La vida es bella’.
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
- Consulta la revista gratis durante la cuarentena: haz click aquí
- Toda la actualidad de la Iglesia sobre el coronavirus, al detalle
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
El mensaje del papa Francisco para la 54 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra cada año en la solemnidad de la Asunción y que lleva por lema ‘Para que puedas contar y grabar en la memoria (cf. Ex 10,2) La vida se hace historia’, tiene un contenido muy sugerente para los tiempos del coronavirus que estamos padeciendo. El documento tiene como primeros destinatarios a los periodistas y comunicadores y así mismo a todo el pueblo de Dios.
Tejedores de historias
El texto es profético, ya que se publico el pasado 24 de enero, fiesta de san Francisco de Sales, antes que comenzara media humanidad el confinamiento y, además, es original en su planteamiento. Así, partiendo del hombre como “tejedor de historias”, nos habla de cómo el mal “serpentea” en el mundo de la comunicación trasmitiendo bulos y noticias nocivas para la persona y la sociedad. Por ello, es necesario escuchar la “Historia de las historias” que es el diálogo de Dios con la humanidad que se convierte en la Buena Noticia de Jesucristo para todos los hombres, que se hace “siempre actual” y tiene la fuerza de “renovarlo todo”. De ahí, que el Obispo de Roma nos dice: “En medio de la confusión de las voces y de los mensajes que nos rodean, necesitamos una narración humana, que nos hable de nosotros y de la belleza que poseemos. Una narración que sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura… que revele el entretejido de los hilos con que estamos unidos unos con otros”. Desde esta perspectiva tiene pleno sentido la máxima de nuestros días: #JuntosVenceremosLaPandemia.
El largo aislamiento que sufrimos y el inicio de la desescalada han sido y es fuente de muchas noticias de todo tipo: noticias falsas (‘fake news’), manipulación de imágenes (‘Deep fake’), inflación informativa, manipulación de datos…. Pero también ha habido hombres y mujeres de la comunicación que merecen nuestro reconocimiento por su trabajo en situaciones muy hostiles, los cuales han sabido contar “historias” edificantes de solidaridad y esperanza de los “héroes”, “santos” y “mártires” de la “puerta de al lado”. Ellos han sabido anteponer el deber sagrado de informar con “verdad, belleza y bondad”, frente a la gran corriente “bien pensante” que sigue el camino fácil de decir lo políticamente correcto y lo que interesa al poder de turno.
Que razón tiene el Papa cuando nos dice que en estos tiempos cruciales urge “respirar la verdad de las buenas historias: historias que construyan, no que destruyan; historias que ayuden a reencontrar las raíces y la fuerza para avanzar juntos”. Porque ante tanta enfermedad y muerte en el Covid-19, con sus consecuencias de desazón, perturbación, desajuste emocional, crisis económica y perdidas de puestos de trabajos, se requieren periodistas y gente de la comunicación que sean ‘tejedores de historias que saquen a la luz la verdad de lo que somos, incluso en la heroicidad ignorada de la vida cotidiana… inclusive cuando cuenten el mal, dejen espacio a la redención y se pueda reconocer en medio del mal el dinamismo del bien y hacerle sitio”. ¡Necesitamos comunicadores que nos cuenten las historias de las esperanzas humanas!