Rafael Salomón
Comunicador católico

Hombres del mundo unidos para rezar el Santo Rosario


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En días pasados los hombres de los cinco continentes nos unimos para rezar el Santo Rosario, esta fue una iniciativa que surgió en Irlanda y Polonia, la cual se ha ido extendiendo por todo el mundo con un solo objetivo: unir a los hombres en oración durante veinticuatro horas. Una gran cantidad de personas se unieron, confirmaron su asistencia y participación, sin importar el lugar, desde camiones hasta atrios y espacios públicos, todos rezamos por la paz del mundo, millones de hombres liberamos una batalla espiritual.



Sin armas, sin violencia, solo con el poder de la oración y a ejemplo de San José, varón humilde y que demostró su firmeza ante el plan de salvación de Dios, así lo hicimos, de esta forma nos unimos en diferentes puntos y horarios, elevamos nuestras plegarias con la certeza de que el amor de Nuestro Señor y de su Santísima Madre María, nos acompañarían en este momento de unidad espiritual tan especial.

Nos congregamos hombres quienes tenemos responsabilidades con nuestra familia y con la sociedad, reivindicando al hombre que reza, al hombre que se le ha considerado fuerte y de corazón duro en ocasiones para acercarse a pedir a nuestro Creador por aquello que emocionalmente nos cuesta hablar. Cada uno de nosotros con Rosario en mano, combatimos a través de medios espirituales, no con armas, ni con violencia, más bien con las armas de la luz.

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Foto: Cathopic

Nosotros lo rezamos en las cabinas de los tráileres, junto con el grupo de ‘Apóstoles en el camino’, sin duda, fue una experiencia diferente y muy enriquecedora, hombres recios, pero de gran corazón, pidiendo a Nuestra Santísima Virgen María por la paz del mundo entero, por las familias, por los valores, por la unidad, por el amor a Nuestro Señor y por nuestra Iglesia católica.

Hombres que acudieron al llamado del amor

A nuestro paso por las redes sociales, ya que lo transmitimos en esa plataforma, poco a poco se fueron uniendo mujeres y niños. Vimos y vivimos el milagro de la multiplicación, comenzamos seis personas y terminamos el rezo del Santo Rosario con miles de hermanos que oraron con nosotros, quienes compartieron también sus intensiones personales.

Seguramente que las cifras no llegaremos a conocer; ¿cuántos hombres nos reunimos para rezar, para unirnos en un solo corazón? Repito, seguro que no lo sabremos con exactitud; sin embargo, nos queda la satisfacción de unir nuestros corazones en oración con muchos hombres quienes acudieron al llamado del amor, porque cada vez que rezamos el Santo Rosario se aplica a la vida real las mismas victorias sobre el mal relatadas en los Evangelios y al rezar el Rosario podemos aplicar esas victorias contra la obra de Satanás en el mundo.

La batalla espiritual que debemos enfrentar desde la oración y con la plena confianza que el mal nunca se impondrá sobre el bien. El Rosario es una oración mariana que inmediatamente centra nuestra mente y corazón en el Señor Jesús. ¿Por qué tanta insistencia en María y el rosario? Para responder esta pregunta, las autoridades católicas señalan a lo que el ángel Gabriel le dijo a María: “Dios te salve ¡Oh llena de gracia! el Señor es contigo”. Lucas 1,28

María comprendía que su papel en la concepción y nacimiento de Jesús, aunque importante, era insignificante en comparación con la posición ensalzada que recibiría el Hijo que ella daría a luz. Respecto a Él, el ángel Gabriel continuó diciendo: “Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo, al cual el Señor Dios dará el trono de su padre David… Y su reino no tendrá fin”. Lucas 1, 32-33.