España está por debajo de la media en el Índice Global de Parentalidad y la clave es la baja conciliación familiar-laboral.
Nestlé ha publicado en 2021 su primer informe de un nuevo Índice de Parentalidad a escala global. Este índice –’The Parenting Index’– busca un diagnóstico mundial sobre el grado de facilidad en el ejercicio de la paternidad y maternidad.
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Se basa en una encuesta realizada entre enero y junio de 2020 en 16 países a padres y madres de niños menores de un año, alcanzando un total de 8.945 casos, con una especial representatividad de España, China y Estados Unidos. Entre los países incluye también Suecia, Alemania, Reino Unido, Polonia, Rumanía, Arabia Saudí, india, Filipinas, Nigeria, Brasil, Chile y México. El estudio ha sido elaborado por la empresa británica Kantar, especialista en investigación de mercados en cien países.
⏯️ Informe global de parentalidad (1)
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— Revista Vida Nueva (@Revista_VN) April 21, 2021
El índice de parentalidad se construye con once variables a las que se les otorga diferentes pesos en la composición interna. Entre las variables destaca la ausencia de presiones internas o externas cuando crían a sus hijos, la resiliencia y estabilidad financiera, las ayudas para el ejercicio laboral o la coparentalidad.
Ranking mundial de parentalidad
En el ranking de estos 16 países, España está debajo de las posiciones medias, en un lugar similar a Rumanía. Resalta de España la menor satisfacción con los soportes para la conciliación entre vida familiar y laboral, en general la percepción de que el entorno no apoya la paternidad y que tener un hijo no es fácil. Por el contrario, en España hay una experiencia positiva de la coparentalidad y los padres afirman que tienen acceso suficiente a recursos de salud y bienestar.
Suecia, Chile y Alemania obtienen los mayores índices de parentalidad. En el caso de Suecia, solamente la autoconfianza parental pulsa negativamente en sus logros. Chile ocupa la segunda posición ya que, según el informe, “los padres reportan experiencias positivas u optimistas en la mayoría de factores clave” (p.10). Se sienten autoconfiados, consideran fácil la crianza de sus hijos y comparten las responsabilidades parentales. También hay margen para mejorar en otros aspectos como la presión negativa externa e interna sobre la crianza y la resiliencia y estabilidad financiera. Lo más demandado por los padres chilenos es la necesidad de un entorno soportativo para la paternidad y maternidad.
México ocupa un destacado cuarto puesto, por encima de Estados Unidos y Reino Unido. Consigue esa posición al reportar bajos sentimientos de presión negativa y manifiestan que tienen suficiente equilibrio entre vida de familia y trabajo. La autoconfianza parental y la coparentalidad, en cambio, son aspectos que precisan fuertes mejoras.
Filipinas, Brasil y China están por ese orden en las últimas posiciones. En Brasil sienten una alta presión negativa, hay baja resiliencia financiera, no existe soporte para la conciliación parental-laboral, el entorno no es soportativo. No hay un solo factor de crianza que valoren con clara positividad. Solo China está peor ya que, además, los padres chinos critican la inaccesibilidad a recursos sanitarios y de bienestar. En cambio, sí valoran positivamente la coparentalidad.
Pandemia
El informe también mide el impacto que está teniendo la pandemia en la parentalidad y concluye que no está suponiendo cambios sustantivos, pero los padres se sienten más apoyados por su pareja, que los padres han reaccionado con gran resiliencia y que la familia es la clara prioridad. No es extraño que el 77% de todos los encuestados declaren que la paternidad y maternidad les ha hecho sentirse plenamente realizados.
España está peor que la media de países en parentalidad, aunque está en el curso de progresar. Quizás demasiado despacio. Es posible que la pandemia pueda ser una singular oportunidad para cambiar prioridades y avanzar en nuestra misión como padres y pareja.