¿Invitarán los obispos a Pedro Sánchez?


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En apenas una semana, Pedro Sánchez se ha desembarazado de Rajoy y, en apenas otra semana de gobierno efectivo y efectista, se ha desprendido del atuendo sectario que lució en su versión ‘más progre que Pablo’ para revestirse de centro y tomar decisiones que más de un obispo bendeciría, como la acogida a los inmigrantes del Aquarius.

Claro que luego recuerdan su deseo de fulminar los Acuerdos, sacar la Religión de la escuela pública, reformar la Constitución para eliminar la referencia a la Iglesia… y a otros tantos pastores les entran los siete males, aún asustados con aquellos brochazos anticlericales con los que pintó su programa electoral en 2016. Tics de esa “recurrente tentación de explotar políticamente a los católicos” –en palabras del presidente francés Macron, en cuya república laica quiere mirarse– que tiene la izquierda en España.

Liberado de la presión morada, este sería el momento de que decidiese elevar el nivel del discurso en materia religiosa. Si no tiene miedo a que le llamen meapilas, como a Macron tras su discurso ante los prelados franceses en el Colegio de los Bernardinos, hace apenas dos meses, el presidente del Gobierno se encontrará con una jerarquía episcopal que le ha tendido la mano y que no tiene la tentación de mirar al pasado. Solo le piden algo que el audaz Macron ofreció a los pastores galos: que sea consciente de que la función de la laicidad no es la de negar lo espiritual ni la de desarraigar las creencias del tejido social y que, como presidente, ha de ser “el garante del derecho de creer y de no creer”.

Quizás sea también el tiempo para la audacia de los obispos y, por qué no, de invitar a Sánchez al encuentro que están organizando para el próximo mes de octubre con el que conmemorar el 40º aniversario de la Constitución y del papel que jugó la Iglesia española en el advenimiento de la democracia.

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